El término “ecológico” y “eco-friendly” se usa demasiado. Lo vemos en las etiquetas para todo, desde bolsas de sándwich hasta cosméticos. Se usa tanto, que puede ser difícil discernir los verdaderos estilos de vida y productos ecológicos. Y si no estamos seguros de lo que realmente significa la palabra, hay mayor riesgo de ser engañados o confundirnos.
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La definición oficial de ecológico es: “no dañino para el medio ambiente”. Cuando se trata de productos, eso significa que todo, desde la producción hasta el embalaje, debe ser seguro para el medio ambiente. Los productos importados de E.U, por ejemplo tienen las Guías Verdes de la FTC dicen que para que un producto se etiquete como ecológico, el empaque debe explicar por qué es ambientalmente responsable.
Estas guías se siguen también en México para muchas empresas. Pero es importante saber leer las etiquetas para saber si lo que consumimos realmente tiene un impacto mínimo o nulo sobre el medio ambiente y así encargarnos de hacer desiciones más inteligentes y honestas.
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Lo primero y más básico que hay que pensar siempre es: entre más cercano a la fuente y menos procesado, mejor. Esto aplica prácticamente para todo. Entonces, la próxima vez que tengas un producto en tu mano pregúntate: ¿cuántos recursos se utilizaron para que esto llegue a mis manos?
Cuando se trata de la producción de cualquier cosa, todo tiene algún tipo de impacto negativo en el medio ambiente: uso de agua, energía y desperdicio de productos, etc. Eso significa que realmente no hay productos que realmente se ajusten a la definición de ecológico. Pero su decimos que algo es sostenible, significa que un solo atributo es bueno para el medio ambiente, no necesariamente todo sobre el producto.
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Ahora, “sustentable” y “sostenibilidad” se pueden definir de muchas maneras, pero generalmente es “la práctica de asegurarse que no agoten recursos naturales mientras se mantiene una economía próspera”. Se cree que tiene tres pilares: personas, planeta y ganancias. Para un negocio, esto significa que asegurar la riqueza debe ser tan importante como minimizar o incluso revertir sus impactos ambientales.
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