Comenzar el día con una buena taza de café es algo que muchas personas hacen. Sin embargo, para los runners el beneficio no solo se queda en “despertarse”, sino en mejorar su rendimiento para entrenar.
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La cafeína actúa directamente en sistema nervioso, neuromuscular y en el metabólico para todo cuerpo humano, pero para los corredores, la ingesta de ésta beneficia las exhaustivas sesiones de entrenamiento. ¿Por qué? Ayuda tener una mayor resistencia a la fatiga y aumenta tu potencial muscular. En particular si se trata de corredores de larga distancia, ya que ellos logran tener un mejor performance durante un lapso de tiempo prolongado, mientras que aquellos que practican la velocidad logran mayor atención y reacción.
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Ahora que sabes esto, la pregunta del millón es ¿cuándo tomarlo? Y la respuesta es: entre 30 a 60 minutos antes de correr. De esta forma, la popular bebida de grano bloqueará aquellos receptores que provocan el cansancio y la fatiga. Por lo que tus músculos no sufrirán tanto dolor y ayudará a que se oxigenen los tejidos. Con esto podrás dar el 110%, es decir, tu cuerpo estará listo para esforzarse ese “extra”.
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La dosis que se recomienda depende mucho de cada runner y cómo su metabolismo lo procesa. Lo aconsejable es beber entre 3-6 mg de café. Eso sí, vale la pena que lo hagas únicamente durante tus entrenamientos y que en competencias oficiales revises las reglas que tengan. No quieres que de pronto los beneficios de la cafeína opaquen tu participación.
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