Hace exactamente 34 años el primer Blockbuster abrió sus puertas en Dallas luego de que el holandés Wayne Huizenga abriera una pequeña tienda de renta de películas. Aunque era un volado pues, corría el riesgo de ser un negocio que nadie pelara, solo necesitó dos años para que la cadena estuviera en por todos lados.
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Sin embargo, con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, Blockbuster ahora solo forma parte del pasado y Netflix se ha coronado como el nuevo dueño de nuestro ocio y sueño. Para celebrar que algún día existió el lugar que alguna vez se convirtió en nuestra salida favorita, recordaremos varios puntos que eran un must cada que ibas a rentar una movie.
Nunca sabías cuál rentar
Escoger la película que verías por los próximos tres días era TODA una decisión pues, muchas veces, toda la familia tenía que estar de acuerdo y no podían fallar en su elección. Por lo general, ibas a la sección de estrenos, sin embargo, casi siempre estaban agotadas.
Siempre tenías deudas
Eran pocas las veces que llegabas al mostrador y no tenías que pagar ni un peso extra por haber entregado tarde tus rentas. Sin embargo, como las cuotas eran inofensivas y no pasaban de los 100 pesos, siempre los pagabas con gusto.
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Clásico: comprar una Magnum, un Häagen Daaz o cualquier dulce a la hora de pagar
Comprar alguna de estas dos opciones eran casi una obligación cada vez que visitabas un Blockbuster. Por lo general, estas no llegaban a tu casa pues en el transcurso de los comías, sin embargo, eso realmente no importaba.
Sentías un mini infarto cuando veías que todas tus opciones estaban rentadas
Como todos recordamos, cada película contaba con tres o cuatro copias las cuales se encontraban formadas atrás de la portada de cada cinta. Cada que visitábamos el lugar llegábamos con la ilusión de encontrar disponible nuestra película favorita, sin embargo, muchas veces era imposible encontrar la que queríamos.
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Si no dejabas las películas en el buzón no contaba
Si eras un cliente frecuente de Blockbuster, seguramente recordarás el buzón que se encontraba en la parte de afuera del establecimiento. Dejar las películas a las 23:58 era un clásico y, aún sin tener prisa alguna, aventar los cassettes por ahí daba una satisfacción infinita, ¿a poco no?
Nunca habías analizado el logo
Para todos los que nunca se habían puesto a pensar bien, bien de dónde venía el logo de la tienda, les informamos que se trata de un ticket de cine.
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