Se ha comprobado que el sabor de los alimentos y bebidas cambia en cuando estamos en vuelo por diferentes factores; sin embargo, tomar Ginger Ale mientras estás de viaje es una experiencia única y con algunos beneficios que deberías experimentar.
Muchos prefieren mantenerse con agua o café pero aunque el Ginger Ale no sea una bebida muy emocionante, muchos expertos han mencionado que es la mejor para beber a 36 mil pies de altura. Es uno de los mezcladores más populares sobre todo en América del Norte. Fue creado en la década de 1840 generando mucho entusiasmo entre los bebedores pero fue reemplazado por bebidas dulces acaparando casi por completo el mercado.
Pero en el cielo definitivamente sigue siendo la bebida Reina y te explicamos las razones de por qué deberías pedir Ginger Ale en todos tus vuelos.
Por qué beber Ginger Ale en vuelo
Nuestro sentido del gusto y olfato sufren algunas modificaciones cuando estamos en un viaje por avión. Actúan un poco diferente por el aire seco y la presión de la cabina haciendo que algunos alimentos tengan un sabor distinto que al que tienen en tierra.
Los sabores dulces y salados son los más afectados así que es probable no nos gusten las bebidas que solemos tomar en cualquier otro momento. La nutricionista Lauren Grosskopf mencionó que los sabores picantes son los más interesantes mientras estamos volando.
En el caso del Ginger Ale, las variedades más secas tiene un efecto interesante en nuestra boca pues las notas dulces se eliminan en tus papilas gustativas y la hacen mucho más fuerte y refrescante.
Además el jengibre puede ser un gran aliado en vuelo por sus beneficios medicinales, sobre todo cuando hablamos de náuseas, indigestión y hasta dolor muscular. Puede actuar también como antiinflamatorio.
Así que si estás algo nervioso por el vuelo y la turbulencia, lo mejor es que tomes un poco de Ginger Ale que además de disfrutar su sabor y sensación en la boca, te ayudará a controlar estos efectos indeseables.
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