¿Te has preguntado porque a la hora de comprar algo –un caramelo o al ir a lugares como Mc Donald’s– tu pequeño se vuelve tan astuto para hacer que le compres lo que quiera? Se trata del fenómeno “Pester Power” o también llamado “The Nag Power”, término en tendencia que define el comportamiento de los niños que están bombardeados por mensajes de marketing y piden implacablemente artículos publicitados hasta lograrlo.
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Los pequeños del hogar son un target muy fácil para esta profesión e inclusive los sitúan como una categoría en mercadotecnia infantil y juvenil. La razón es que las marcas buscan el engagement desde muy temprana edad porque quieren crear clientes “leales de por vida”. Sin embargo, en más de una ocasión tú como padre ni siquiera te das cuenta que eres víctima de la influencia de tu hijo para gastar unos cuántos signos de peso extra.
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Según datos de una publicación de The Economist, tan solo en Estados Unidos un niño puede estar expuesto hasta 3,000 anuncios por día en distintas plataformas y medios, mientras que en México un niño recibe un bombardeo de hasta 12,000 anuncios solamente de comida chatarra. Todo se reduce a que tienen un gran poder adquisitivo a su corta edad –proveniente de sus padres, por supuesto– y a los cuales persuaden para que les compren los objetos deseados sin importar la necesidad.
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Para los pequeños aplicar el “pester power” es más fácil de lo que imaginas. Las reglas son simples y se basan en perseverancia y necesidad. En cuanto a perseverancia, éstos no dudarán en pedirlo en repetidas ocasiones e incansablemente hasta que cedas. Estudios demuestran que en la novena ocasión, los padres acceden a comprarlo. Y en cuanto a necesidad, allí es donde es un deal más efectivo. El pequeño dará argumentos reales de cierto producto (gracias al marketing) y el por qué será benéfico en su vida o por qué sería negativo no comprarlo.
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Así que ya los sabes, esta información puede prepararte para que este fenómeno no te tome por sorpresa y de paso podrás controlar más tus hábitos de consumo, al igual que los de tu familia. ¡A poner atención!
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