Fue en 2016 cuando el término “midorexia” fue utilizado por una reportera del Daily Mail llamada Shane Watson, para describir a aquellas personas que llegaban a los 50 años y se sentían fabulosas.
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En 2017, el término se convirtió en algo más, con el asentamiento de los gadgets para el uso diario –como smartwatches, tablets, entre otros– la apertura de esta generación a redes sociales como Instagram y con suficiente colágeno en la piel para lucir un bikini de una manera increíble, realmente la palabra se convirtió en una etiqueta que describía a un grupo específico. Y lo cierto es que –para nuestra sorpresa– habríamos de reconocer a más de uno hasta en nuestra propia casa.
Euromonitor International los definió como esos “consumidores de ‘edad madura’ que de pronto actúan como jóvenes” y se interesó en encontrar sus actividades preferidas y objetos de consumo. Algunos de éstos con una relación directa a elevar su autoestima, los famosos “ego-boosts”.
Por ejemplo, un midoréxico practica triatlones, usa un fitness tracker, se somete a dietas de bienestar y regularmente van a un salón de belleza. Todo para que su físico luzca de impacto, priorizan totalmente el bienestar. “Están ansiosos e inspirados por el envejecimiento, son consumidores entusiastas de una larga lista de productos de salud y belleza, además de opciones de moda avanzada y receptivos a los avances tecnológicos” enfatiza una y otra vez Euromonitor.
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Sin embargo, es irónico pensar que se trata de una crisis o una etapa pasajera, más bien es una especie de reajuste en la sociedad con el estilo de vida actual. La edad promedio de vida incrementa con los avances tecnológicos y en la actualidad la expectativa es cumplir 70 años.
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Por lo que los midorexicos que ya trabajaron largas horas, han ahorrado suficiente, han mandado a sus hijos a la universidad y son libres de las colegiaturas, otra vez disfrutan de una explosión tardía de belleza. Están completamente seguros de que han llegado a LA edad en donde están en su máximo apogeo –como los vinos– y sobre todo, se encuentran confiados –más que hace veinte años– con vestimentas, hobbies y hasta esa nueva Harley para hacer el viaje soñado.
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