El primer “libro” de dieta, fue publicado en 1863. Letters on Corpulence aboga por una dieta rica en proteína y baja en carbohidratos. Desde entonces las dietas han proliferado por todo el mundo y se han adaptado a culturas, cuerpos y hasta leyes.
A pesar de eso, existen muchas dietas “mágicas” que prometen más de lo que pueden cumplir y terminan por ser peligrosas para todos. ProLon podría ser una de ellas, sin embargo, al nacer en los laboratorios universitarios más importantes de Estados Unidos, parece que las cosas sí son distintas.
Creada por Valter Longo, un doctor en bioquímica que trabaja en el Instituto de longevidad de la Southern California University, esta dieta no está enfocada en hacerte perder peso –aunque lo hace–, sino en poner tu organismo en un estado de inanición que provoca que las células consuman años de basura celular acumulada antes de desencadenar una oleada de regeneración restauradora.
A esta práctica se le conoce como restricción calórica, y es la única forma comprobada de extender la vida en muchas criaturas, desde organismos multicelulares, gusanos, roedores y hasta primates.
Con más de 30 años en investigación, la restricción calórica en humanos ha pasado de ser una práctica sumamente peligrosa a una ciencia precisa, pues los científicos han dejado de recomendar que las personas no consuman alimentos y se limiten a tomar agua –son muy pocos los que pueden hacer esto por cinco días seguidos– sino que han encontrado la comida necesaria para ser consumida por cinco días y hacer que el cuerpo entre en estado de hambruna extrema sin poner en riesgo la salud.
Esta dieta hace que las células usen su energía para alimentarse y protegerse, se mucho menos energía para proteger las células que ya tienes que para crear nuevas. De esta manera las células empiezan a “comer” tu propio cuerpo, pero siempre comenzando con las células dañadas, por lo que termina por ser un proceso de rejuvenecimiento.
Un gran problema son los cambios que se tienen durante estos días. El primero es de transición y la dieta no es tan exagerada, pero a partir del segundo día, todo se traduce en agua, tés, sustitutos de sopa con nutrientes especiales, galletas de kale y aceitunas. Para el tercer o cuarto día, realmente es difícil controlar la irritación, el mal humor y el hambre, pero los resultados lo valen.
Adam Piore, del MIT Technology Review, ordenó la misteriosa caja de ProLon y se sometió a los cinco tortuosos días para saber cómo era la experiencia. Tal como se esperaba, desde el segundo día fue un martirio. Se encontraba irritado, cansado y nervioso. El sexto día, que debe ser otra transición para regresar a una dieta normal, no lo soportó y comió mucho más de lo recomendado.
Aún así admitió que la dieta funcionó mejor de lo que esperaba. Perdió cuatro kilos en cinco días y obtuvo todos los beneficios para su organismo, entre los que se encuentran la reducción de grasa corporal y presión arterial, se redujo su crecimiento de insulina, colesterol y triglicéridos. Todo eso está asociado con el envejecimiento y las enfermedades relacionadas con la edad.
Esta dieta sólo se puede hacer una vez cada tres meses, siempre consultando a expertos antes de someterte a ella. Si deseas intentarla, puedes ordenar la caja ProLon dando clic aquí.
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