Las ciudades son tan viejas como las primeras civilizaciones agrícolas, pero realmente las ciudades modernas, esas que nosotros conocemos y sabemos que son ricas en historia y tradición, son más recientes de lo que suponemos.
Hace falta un pequeño cambio económico o cultural para que ciudades enteras pierdan relevancia y queden en el olvido. Así ha pasado y así sucederá, pero hoy vivimos bajo circunstancias completamente ajenas al pasado, por lo que además de conectar a casi todas las ciudades del mundo bajo una misma red, también les hemos dado un nuevo significado.
Todo esto es importante al hablar de los museos de la fundación Solomon R. Guggenheim, pues si bien el arte tiene el poder de transformarnos individualmente, sus museos son capaces de cambiar ciudades por completo.
El ejemplo perfecto (más allá de su maravilloso y primer museo en Nueva York) es el Museo Guggenheim Bilbao, que abrió sus puertas en 1997 y transformó a la ciudad para siempre. Antes de eso Bilbao había visto su época de gloria en el siglo XIX y principios del XX, cuando servía como un el puerto más importante de toda la región vasca.
Con la globalización, la apertura de nuevos puertos y más, la ciudad industrial comenzó a quedar en el olvido, por lo que el día en que la fundación Guggenheim anunció sus planes de abrir una sede de para su colección ahí, nadie entendía por qué harían algo así en un lugar en el que el arte estaba olvidado.
Sin duda, era una apuesta arriesgada. Bilbao necesitaba dinero para remodelar sus fábricas, impulsar el trabajo y mejorar obras públicas, por lo que la gente de la ciudad no estaba muy contenta con que el gobierno financiara la construcción de un lugar tan grande. A pesar de eso, las cosas funcionaron, pues tras la construcción del ahora icónico museo diseñado por Frank Gehry la fundación Guggenheim llenó el espacio de algunas de las obras modernas más importantes del mundo.
El museo fue todo un éxito. La ciudad se revitalizó, el turismo creció de manera casi alarmante y hoy Bilbao, no sólo es una parada obligatoria para todos los que viajan a España (el país más turístico del mundo), sino que se ha convertido en un centro cultural y artístico impresionante que ha transformado por completo a la ciudad.
Nueva York y Venecia no necesitan de un museo para hacerlos crecer culturalmente, pero sin duda los Guggenheim de esos sitios se han convertido en autoridades artísticas sin precedentes que exponen lo mejor del arte a nivel mundial.
Sin embargo, es importante saber que no es una fórmula perfecta. De hecho, hay bastantes proyectos Guggenheim que no han funcionado. Aunque no fueron de la envergadura de Bilbao, las sucursales de Las Vegas y Berlín no dieron los resultados esperados y cerraron. Incluso México estuvo apunto de tener su propio Guggenheim en Guadalajara, que prometía ser uno de los proyectos de arte más grandes a nivel mundial, sin embargo, el proyecto encontró muchos problemas por lo que al final no se materializó.
Hoy Abu Dhabi está construyendo el próximo Guggenheim, que junto al Louvre ubicado en esa misma ciudad, promete ser el museo más avanzado del mundo, pues la mezcla de tecnología, arte y diseño harán que simplemente visitar el lugar sea toda una experiencia artística y trascendental.
La fundación Guggenheim está encargada de llevar lo mejor del arte moderno y contemporáneo a nuevas ciudades, así como ayudarlas y crecer junto a ellas para que la labor de la difusión artística continúe por todo el mundo.
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