La moringa oleifera conocida simplemente como moringa es una especie de árbol originario del norte de India (pero también crece en Asia, África y América del Sur). Su presentación en polvo se ha convertido en uno de los suplementos alimenticios naturales del momento pues aseguran que repara muchos males comunes, pero la moringa se ha utilizado en la fitomedicina y curación ayurvédica desde hace miles de años.
No se trata de una panacea, de acuerdo a investigaciones científicas recientes, esta planta puede ayudar realmente a mejorar tu salud. La moringa es un superfood que puede reducir la inflamación, estabilizar el azúcar en la sangre y mejorar la salud del corazón. Así que si eres de los que se rehúsan a medicarse tradicionalmente, este remedio natural de sabor terroso y color verde claro puede ser tu mejor alternativa.
Las hojas de moringa contienen muchos nutrientes importantes, como proteínas, vitamina B6, vitamina C, riboflavina, hierro y calcio, así como una alta concentración de antioxidantes. Eso significa que la moringa puede contribuir a todo, desde una mejor visión e inmunidad hasta la salud ósea y la luminosidad de la piel.
Además, es una súper fuente de proteína de origen vegetal (3 gramos de proteína por cucharada), contiene todos los aminoácidos esenciales para la reparación muscular, la producción de energía y regulación del estado de ánimo. Así que si eres vegetariano o simplemente estás tratando de reducir tu consumo de carne, la moringa es un complemento rápido que no tienes que cocinar, solo espolvorear.
El polvo moringa también puede ayudar a mejor tu digestión. Contiene aproximadamente 30% de fibra que ayuda a tu digestión y reduce el riesgo de enfermedad. Funciona como un antibiótico y antibacteriano natural y puede ayudar a inhibir el crecimiento de varios patógenos que pueden causar malestar digestivo. Mientras que sus propiedades antiinflamatorias ayudan con los trastornos digestivos, como la colitis.
¿Cómo incorporar el polvo de moringa a tu dieta?
Como lo mencionamos anteriormente, la moringa en polvo tiene un suave sabor a té que se mezcla fácilmente en jugos, smoothies, cereales, sopas y ensaladas, sin alterar drásticamente su sabor. También puedes disfrutarla en su presentación en té o píldora. En cualquiera de los casos, asegúrate de leer bien las etiquetas y cumple solo con las dosis recomendadas que aparecen en el paquete.
La moringa puede tener un efecto laxante cuando se consume en grandes cantidades o provocar malestar estomacal, lo mejor es comenzar con una pequeña dosis: de ½ a 1 cucharadita por día.
Es importante que sepas que las mujeres embarazadas o madres lactantes deben evitar el polvo de moringa por completo, debido a los químicos que posiblemente se encuentran en la raíz, la corteza o las flores de la planta que tienen algunos efectos estimulantes uterinos. Tampoco se ha demostrado que sea seguro para los niños, así que mejor mantenlo alejado de los mas pequeños.
De igual forma, el polvo de moringa es riesgoso para cualquier persona que tome medicamentos para tratar la diabetes o la presión arterial alta o hipotiroidismo. Como siempre, nuestra mejor recomendación es consultar a tu médico o dietista antes de probar la moringa. Aunque podría ser compatible contigo, la moringa NO es la única respuesta a los problemas de salud de cada caso particular.