Cambiar tus hábitos es una paradoja que podemos ver en las películas. Un día el protagonista se da cuenta que ha tocado fondo y tiene que cambiar, entonces comienza un montaje del cambio, día a día se despierta temprano, comienza a correr, cambia su alimentación y se muestra cómo se convierte en una mejor persona (deja de ser egoísta, comienza a ver a su familia y amigos más seguido). En realidad, las cosas sí son así de fáciles, claro, tienes que olvidarte que ese es un montaje de 30 segundos que sólo pone las cosas buenas y realmente hacer el trabajo para establecer hábitos que cambien tu salud.
Cambiar tus hábitos es tomar decisiones cada día. Es salir de la cama en cuanto suena el despertador, hacer ejercicio aunque el frío te incomodé y seguir una dieta saludable aunque tu cerebro te esté pidiendo a gritos grasa, azúcar y más. Hay hábitos que puedes comenzar a cultivar si día a día haces pequeños cambios en tu vida y mejorarán tu salud.
No tienes que hacer todos de golpe, puede ser muy difícil de esta manera, pero tal vez puedes hacer uno cada día, o acostumbrarte a que uno de estos puntos se vuelva un hábito hasta que lo hagas de manera inconsciente y entonces saltar al siguiente. La garantía es que al hacerlos, notarás verdaderos cambios en tu salud.
Cambia el café por té
El café nos ayuda a despertar, se convierte en el combustible del motor de nuestras mañanas y sin duda es todo un placer tomar una taza de café de calidad, pero también es una adicción que provoca ansiedad y que después de cierto tiempo nos impide funcionar coherentemente si no tenemos por lo menos una taza.
El té también tiene cafeína y muchos más antioxidantes que el café. Aún puedes disfrutar de una taza de vez en cuando, pero tal vez es momento de dejar atrás las cuatro tazas de café de mala calidad que usas para “despertar” y mejorar tu salud con estos hábitos.
Reduce tu consumo de carne
El consumo habitual de carne está relacionado a problemas de obesidad, diabetes y del corazón, pero ahora también sabemos que es realmente malo para el medio ambiente. Quizá puedas reducir tu consumo y limitarlo a fines de semana u ocasiones especiales. Afortunadamente tenemos nuevos productos plant based que tienen un sabor realmente cercano al de la carne y puedes comerlo sin problemas, pero también es una gran oportunidad para incluir nuevos alimentos en tu dieta y tener hábitos que mejoren tu salud.
Cambia de leche
Puedes o no estar de acuerdo con la polémica de si como humanos necesitamos leche de vaca para crecer. Aquí no decimos que le quites la leche a un niño, sino que tú, que realmente ya no crecerás más, cambies ese hábito que tienes desde pequeño, y si realmente quieres seguir tomando leche, optes por alternativas como la leche de avena, arroz u otras.
Duerme como se debe
La sociedad contemporánea ha aprendido a hacer muchas cosas para balancear una vida tan ajetreada, pero ha perdido la capacidad de dormir como debería y aunque muchos no lo crean, eso trae consecuencias como efecto dominó. No dormir las horas que necesitas, hacerlo mal o por intervalos puede causar depresión, fatiga, falta de concentración y muchos problemas que necesitas resolver para ser una persona funcional.
Aquí te damos unos tips para dormir mejor, pero recuerda que siempre puedes visitar a un especialista en sueño que puede atacar los problemas de manera específica y ayudarte a descansar como deberías, después de eso realmente notarás la importancia del sueño.
Ejercítate (aunque sea un poco)
Regresando al montaje de película, no tienes que levantarte todos los días y hacer dos horas de ejercicio (aunque sin duda es ideal). Si llevas una vida sedentaria, unos cuantos minutos de ejercicio al día comienzan a marcar una diferencia. Obliga a tu cuerpo a hacerlo y poco a poco verás cómo tu humor cambia, cómo tu energía incrementa y de esa manera buscarás la forma de hacer más y más ejercicio.
Levántate de tu silla
Uno de los consejos más sencillos e importantes. Si haces home office o si trabajas todo el día frente a una computadora, es realmente importante para tu salud mental, tu columna y tu cuerpo en general, que te levantes de tu silla. Intenta trabajar de píe por unos minutos o establece caminatas pequeñas cada periodo de tiempo que pases sentado en una silla.
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