Hay discos clásicos que marcaron tendencia por lo extraños que parecían en su momento, otros que tienen canciones que todos conocemos y recordamos más que otras, pero hay algunos que simplemente brillan por ser obras de arte de principio a fin.
Como una serpiente que se muerde la cola, estos discos inician, recorren un camino y al finalizar, lo único que queda es comenzarlos de nuevo. Se trata de trabajos completos en los que no deseas saltarte ni una canción, donde aprendes que no hay momentos bajos, simplemente espacios de introspección para darle un mayor sentido a lo álbum.
Estos discos clásicos han demostrado que hay momentos en los que una banda o un artista deciden contar una historia y todo encaja. Como los capítulos de un libro, aquí cada canción es necesaria para comprender la que sigue y al final, entender la narrativa completa.
Kanye West – My Beautiful Dark Twisted Fantasy
Hace una década Kanye West se alejó de los reflectores después de una serie de tropiezos bastante notorios (como subir completamente borracho al escenario de los VMA’s para decir que Beyoncé y no Taylor Swift merecían el premio más grande) y comenzó la grabación de este disco en Hawái.
Reflexionando acerca de su vida, sus elecciones personales, sus relaciones y la cultura estadounidense en general, logró transmitir todo eso de manera magistral en este disco, que hasta hoy es considerado uno de los mejores de todo el siglo XXI.
David Bowie – The Rise & Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars
Hay pocos artistas que están tan comprometidos con su arte que se funden con ella. Dalí lo hizo, y David Bowie también. Fue con este disco de 1972 donde demostró que el rock es mucho más que una guitarra distorsionada que canta acerca de sexo y drogas.
La “opera” de Bowie trata sobre el fin del mundo, alienígenas y la salvación del planeta en cinco años gracias a “Starman”. Este es un disco de rock, un viaje sideral y una historia completa que no puedes perderte.
Pink Floyd – The Dark Side of the Moon
Tal vez para muchos un disco conceptual que abarca la vida y la muerte, así como el consumismo y capitalismo, es un cliché, pero sin duda Pink Floyd revolucionó la música cuando lanzó este disco, que recorre el camino de la vida moderna, desde el nacimiento hasta la tumba.
Con clásicos como Time, The Great Gig in the Sky y Money, este disco continúa siendo tan relevante como lo fue en 1973.
Gorillaz – Demon Days
Gorillaz es esa banda que todo el mundo ama, pero rara vez escuchan. Desde su debut en 1998, la banda virtual ha llegado a millones de personas y muchos que hoy ya tienen hijos incluso han pasado a estos músicos digitales a las nuevas generaciones, pero si hay algo que realmente todos necesitan conocer para entender la grandeza de Gorillaz, es Demon Days.
Este disco cimentó el mito que hoy es Gorillaz, pasar de un juego de una banda “de caricatura”, Demon Days expandió toda una mitología que ya se estaba formando, nos dió pasado, presente y futuro sobre los personajes, los sitió en mundos fantásticos y claro, nos dejó 15 canciones que valen la pena de principio a fin.
Fleetwood Mac – Rumours
Cuando la banda lanzó este disco en 1977 habían tenido muchos problemas sentimentales, por lo que este disco, si bien no es un álbum concepto, sí es un trabajo que examina con lupa lo que significa una relación, desde el inicio hasta mucho después del final.
Simplemente eso debería ser suficiente para hacerlo llamativo, sin embargo, puedes escuchar el disco sin las letras y sorprenderte con la magistral producción que existe detrás de Rumours, sin duda se trata de uno de los mejores discos jamás creados. Dreams, Go Your Own Way o The Chain son la prueba.