Sí, un nuevo estudio ha descubierto que las habilidades sociales de todos nosotros podrían disminuir a los 30 y 40 años. Las estadísticas dejan ver que cada vez son más las personas que sienten que sus relaciones sociales no son significativas, mientras que algunos otros se sienten muy solos o aislados socialmente.
Los investigadores llaman a este problema la “epidemia de soledad”, y resulta que la disminución de las habilidades sociales que contribuyen a ella, en realidad comienza mucho antes de lo que se suponía anteriormente.
Un estudio en curso realizado en la Universidad de Kent, llamado CogSoCoAGE, descubrió que las habilidades sociales comienzan a disminuir en los adultos entre los 30 y los 40 años. Pero ¿a qué “habilidades sociales” se refieren?
Estas se basan en la “teoría de la mente” de una persona, que es la capacidad de leer a las personas e inferir información sobre ellas. También incluyeron otras habilidades cognitivas, como el control del comportamiento.
En conversaciones individuales, los investigadores encontraron que los adultos mayores tenían menos probabilidades de mirar directamente a la otra persona que los adolescentes. Al rastrear los movimientos oculares, notaron que los participantes miraban al fondo. Al mirar hacia otro lado, “te estás perdiendo una gran cantidad de pistas sobre el significado, las intenciones y las emociones”, lo que puede conducir a malentendidos o falta de conexión entre las personas.
No solo el contacto visual se debilita en las interacciones reales, los adultos también evitan mirar a extraños al caminar, lo que puede limitar nuevas conversaciones o posibles nuevas amistades. “Hay una especie de diferencias sutiles en la forma de experimentar la vida que pueden tener un impacto masivo en las oportunidades para participar en la interacción social”, de acuerdo a Heather Ferguson.
Y aunque pueda parecer contradictorio, mantener la empatía por el punto de vista de una persona, no parece empeorar con la edad. Pero empatizar con el dolor social de otra persona sí. Afortunadamente, es posible revertir ese comportamiento, si los científicos intervienen lo suficientemente temprano.
La idea es alentar a los adultos a aumentar sus interacciones diarias con extraños, así el contacto con personas con diferentes dolores sociales, podría ayudar a aumentar la comprensión y empatía. Es importante tratarlo porque la disminución de la interacción social puede conducir a la soledad e incluso a la depresión.
Para los más introvertidos, la interacción constante puede ser agotadora, pero es importante participar en niveles saludables de actividad social, además de que este tipo de apoyo puede incluso revertir los trastornos de ansiedad y alejarnos de la soledad. ¿Estás listo para ponerlo en práctica?
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