Todos tenemos inseguridades. Ya sea que hablemos de ellas o no, pero las tenemos. Por ejemplo, puede ser tu nariz o la longitud de tus brazos. Al crecer, especialmente en la adolescencia, es un poco complicado lidiar con esos temas porque son inseguridades que otras personas pueden ver y atacar.
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Puedes llegar a pensar que eres feo. Otras personas piensan en mejorar su imagen mediante cirugías para evitar esa inseguridad. La adolescencia es compleja y lo es aún más cuando el bullying llega a ti. Con el paso de los años, maduras y aprendes a querer tu cuerpo como es… o casi.
¿Te sientes identificado?, no por algún detalle en particular, más bien por el tema referente a la inseguridad. “Afortunadamente”, ahora hay opciones para poder atacar esas “imperfecciones” en redes sociales y evitar sentirte inseguro o como dice Apple, “ya hay una app para eso” y así puedes luchar contra esa ola negativa.
Muchas de las aplicaciones de edición, tienen la opción de trabajar la foto para mejorar nuestra imagen, desde cambiar el color de los ojos hasta reducir tu cintura. Sí, estas apps son de las más descargadas en el mundo, por ejemplo, Facetune suma más de 70 millones de descargas, solo en iOS.
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Los filtros pueden ser peor de dañinos que el bullying, porque es silencioso y atenta contra tu identidad, o mejor dicho, tú mismo atacas tu identidad y poco a poco destruyes la confianza en ti mismo. ¡Piénsalo! Ahora, siempre buscamos los filtros de Instagram, Facetune, Snapchat, VSCO y más apps de edición de fotografía.
“Es una forma silenciosa de atacar tu confianza y lo que eres como persona. Sí, puede ser que te ayude un poco en redes sociales, pero no eres tú. Entonces, lo que pasa es que cuando no hay filtros, te sientes inseguro y buscas agregar ese toque extra”, dice Marifer de León, psicóloga egresada de la Universidad Iberoamericana en la CDMX.
Haz un ejercicio personal, toma dos fotos y edita una de ellas. La diferencia entre las dos imágenes puede parecer mínima para la mayoría de las personas, y estoy seguro que si la publicas en tus redes sociales, tus seguidores no podrían determinar exactamente qué cambió.
Pero para ti, la persona que pasó años inseguro por alguna parte de tu cuerpo o quejándote de tu nariz (como yo), el trabajo digital de estas app puede ser abrumador y sofisticado, lo cual crea altas expectativas y vanidad que detona las inseguridades si ya no es posible usarse.
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La gente puede pensar: “si tan solo pudiera modificar mi nariz de la misma manera en la vida real, sería mucho más guapo. Pero a menos que me someta a algún tipo de procedimiento quirúrgico, mi nariz no se hará más pequeña“, este simple acto, ataca la confianza que tanto trabajo te costó desarrollar con el paso de los años, agrega de León.
En el pasado, la edición de fotos se dejaba a los profesionales y se reservaba principalmente para celebridades y modelos. Ahora, como señaló Daniel Berkovitz, director de la marca Facetune en Lightricks, esa capacidad está “en manos de todos“. ¿Qué tan peligroso o benéfico es?
Es fácil argumentar que dar a todos la capacidad de manipular fotos es peligroso, ya que las investigaciones han demostrado que ver imágenes alteradas puede tener un efecto negativo en la imagen corporal, especialmente para las adolescentes.
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“Ayuda a romper la ilusión de este ideal y hacerlo más tangible. Una vez que sabes que todos lo usan, sabes cómo tratar las fotos que ves en línea y sabes lo que ves, porque es la forma en que alguien elige presentarse en las redes sociales. Pero solo porque sabemos que todos editan las fotos que comparten en Instagram, no nos hace inmunes a la influencia que las imágenes manipuladas pueden tener en nuestra autoestima“, agrega nuestra especialista.
“La obsesión cultural con la apariencia afecta a niñas y mujeres (principalmente), a principios de este año, esta constante manipulación fotográfica puede empujar a la gente a ‘perder la perspectiva de cómo te ves en realidad’. De manera similar, es fácil perder la perspectiva de lo que otros, incluso tus amigos parecen, especialmente si constantemente alteras tu imagen en línea“, redacta Renne Englen en su libro Beauty Sick.
“Es muy común que después de probar alguna de estas apps, comience a gustarte esta nueva imagen de ti mismo. Por ejemplo, nariz más delgada, más músculos, menos cadera, etc. Lo cual repercute en tu mente y mentalmente piensa que así esta mejor, es más el pensamiento es: me veo como siempre quise“, dice Marifer sobre los efectos secundarios que puede tener el uso de las apps de edición de fotografía.
Es posible que por ahora no lo hubieras pensado, pero lo que es real, es que después de probar esas peligrosas mieles, te conviertas en una persona que depende de la edición de fotografía. Y con esto toma más fuerza la frase: “Vivimos de los likes”, es decir, estamos a expensas de recibir más corazones por una fotografía y, si de pronto nos encontramos con un ejercicio como éste, la realidad te puede golpear… y muy duro, no solo en la “popularidad” de redes sociales, en algo más profundo e importante como la confianza en uno mismo.
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Estas apps y la tecnología no nos obligan a sentirnos peor con nosotros mismos, pero sí tienen una idea clara de nuestra búsqueda de los estándares de belleza de la sociedad. Si nos manipulamos constantemente para mantenernos al día con lo que otras personas dicen que es hermoso, ya sean labios carnosos, ojos más grandes o nariz más delgada, nunca podremos aceptarnos con #sinfiltro.
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