Cuando nos dicen “yoga” lo primero que pensamos son posturas, estiramientos y muchas personas paradas sobre sus mats. Es lo común y es lo que hemos conocido sobre yoga en nuestras culturas occidentales, pero va más allá.
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En realidad, no es un ejercicio, es una tradición de miles y miles de años, que se origina de los Vedas, los textos religiosos más antiguos de los Hindus. Su nombre es sánscrito y quiere decir “unidad”. De ahí partimos para entender con mayor profundidad qué es lo que enseña esta tradición.
El objetivo final del yoga es el moksha (liberación). Esta liberación sucede conforme trabajas en ti mismo para evolucionar, a través de tus prácticas. Por eso, los maestros les llaman “prácticas” y no “clases”. El yoga busca enseñarte un método disciplinado para alcanzar una meta, y técnicas de control del cuerpo y la mente.
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Una práctica completa de yoga, no se trata de hacer posturas complicadas, ni de sudar. Tradicionalmente, una sola práctica se concentra en el Pranayama (expansión de la energía vital por medio de la respiración), dharana (enfoque o colocación de la facultad mental) y nada (sonido), no en la salud y el estado físico.
Ahora, no es que estemos mal, simplemente es importante honrar y conocer los orígenes de la tradición que muchos practicamos diariamente. Cualquiera que sea la forma de yoga que practiques, si tu intención es crear una unión del cuerpo y la mente con la verdadera naturaleza de ti mismo, entonces estás siguiendo las raíces de la tradición del yoga.
Encuentra tu propio camino, todos son válidos. Permite que el yoga se convierta en tu maestro mientras exploras tus raíces.
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