Toda acción tiene una consecuencia. Y una noche de copas y mucha diversión siempre se paga con una mañana de terror. Pero un grupo de científicos norteamericanos tienen una promesa que parece mágica. Desarrollaron una levadura, que podrían utilizar para exponenciar los beneficios del vino y reducir las toxinas que provocan la cruda del día siguiente.
Es una mutación científica que eleva el resveratrol en el vino, un poderoso antioxidante que es justamente el que hace que beber vino de forma moderada sea benéfico para la salud.
La levadura actúa en el proceso de fermentación secundaria que es donde se generan los componentes tóxicos que provocan la resaca.
Todavía no han creado una botella completa de vino con estas propiedades, por lo que no está cien por ciento comprobado que sea efectivo. Sin embargo estamos seguros que no faltarán voluntarios para hacer el experimento y comprobar su eficacia.