Mucho se ha hablado de los beneficios a la salud que los perros nos pueden dar, sobre todo porque son notorios (aman la actividad física y si corremos o paseamos con ellos inmediatamente estamos mejorando la nuestra), pero los gatos también tienen beneficios para nosotros.
Los gatos pueden parecer seres autónomos, despreocupados por nosotros excepto cuando tienen hambre, y claro, ellos no demuestran su emoción tanto como los perros, pero no quiere decir que no sean empáticos con nosotros al punto de ayudarnos cuando sufrimos dolor físico.
De acuerdo a Jill Price, quien sufre de neuropatía motriz y sensitiva hereditaria, también conocida como la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth y que afecta los nervios de brazos y sobre todo pies, causando momentos de mucho dolor, su gato, Shadow, ha llegado a situarse precisamente donde ella sufre mayor dolor y al ronronear la ha calmado, aunque sea un poco.
Parece una historia de Pixar, pero Jill no quiso quedarse con eso e investigó y descubrió que parece ser algo tan frecuente que existen estudios que han demostrado que el ronroneo de un gato oscila entre los 25 y 150 hertz, la misma frecuencia que se usa para tratar lesiones del hueso y el músculo.
Los estudios no han sido finales, pero el hecho de que tantas personas lo crean, de que Jill dijera que su gato fue precisamente al sitio en el que ella sufría de dolor y que ese ronroneo que muchas veces guardan para situaciones específicas, puede ser una manera de decirnos que hay lazos entre gatos y humanos más allá de lo que podemos comprender.
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