Siempre que hay un movimiento en la tierra, surgen o se van estructuras de todo tipo, si has visitado Teopanzolco, en Morelos entonces esto te sonará muy conocido, porque ahí hay una pirámide que es muy famosa y está ubicada muy cerca del centro de Cuernavaca.
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Teopanzolco es una zona arqueológica que ha sido conservada y hasta antes del terremoto del año pasado, todo parecía normal en las zonas afectadas, sin embargo, en esta ubicación con el movimiento de las placas tectónicas hubo un descubrimiento.
De acuerdo a información por parte del INAH Morelos, la pirámide sufrió severos daños, el principal en el núcleo de la construcción que se inundó e inclino. Como parte de los trabajo para evaluar la situación, se crearon pozos de sondeo y aquí es donde la historia cambió.
Se encontraron muros recubiertos de estuco (masa de yeso), una banqueta u restos de una pilastra, que bien pudieron formar parte de un templo. La información provista dice que serían hallazgos de la primera etapa de construcción de la pirámide, entre el 1,150 y 1,200 d.C.
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“Este hallazgo cambia la cronología de Teopanzolco, no es que los mexicas hayan aportado ese estilo arquitectónico a la región, al contrario, las construcciones tlahuicas los inspiraron para construir el Templo Mayor” dijo Bárbara Konieczna del INAH Morelos. Estos descubrimientos están debajo de la parte superior de la pirámide a una profundidad aproximada de dos metros.
La referencia más cercana que se tiene es que pudo ser un templo para Tláloc porque la pirámide era en su honor. Tampoco se descarta que haya restos del templo para Huitzilopochtli. Esta suposición está basada en que la pilastra tiene una base inclinada, similar a los techos de los templos exteriores y, también se han encontrado restos cerámicos y un incensario.
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Otro detalle importante es que no hay evidencias de alguna ofrenda, pero las piezas van a ser analizadas a través de la prueba de carbono 14. Este descubrimiento se suma a los recientes hallazgos como el túnel hecho con cráneos en Tenochtitlán, la pirámide dentro del Castillo de Chichén Itza y el túnel en el interior del Templo Mayor.
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