Dicen que Isaac Newton creó el cálculo y la teoría de la gravedad mientras estaba en cuarentena durante la Gran Peste. Pone la barra bastante alta, ¿no crees? Durante el brote de COVID-19, muchos han recurrido a las redes sociales para compartir su intención de finalmente escribir el libro o hacer el proyecto persona que han pospuesto por falta de tiempo. Dicen… junto con su total falta de confianza de que realmente continuarán.
Durante estos tiempos inciertos, puedes ponerte en acción y dedicarte a tu verdadera pasión. Hay muy pocas (o casi ninguna) excusas. Existe un término llamad decathexis, que es el proceso de desinversión de energía mental o emocional en una persona, objeto o idea. Y una vez que recuperas esa energía, la puedes enfocar en una sola con muchísima fuerza.
La pandemia y el encierro nos han obligado a la mayoría a estar mucho menos ocupados fuera del hogar, al liberar nuestro tiempo de viajes, evitar que socialicemos o, en el peor de los casos, perder el trabajo de pronto. Pero también ha causado que muchas almas conscientes estén crónicamente ansiosas, preocupadas, deprimidas, distraídas o simplemente abrumadas.
Si tratamos de ver esta crisis de manera positiva (sabiendo que hay personas en riesgo real), tal vez el Universo nos haya dado a todos un reinicio que se desarrollará y desplegará en etapas. Es un momento obligado de reflexión, de sanar, de mejorar nuestras prácticas personales y de desarrollarnos a nuestro máximo potencial para poder ser relevantes en la siguiente realidad que nos toque vivir. ¿Cómo lograrlo? Te decimos.
Primero: descansa
Estamos experimentando un reset global y un trauma colectivo, en tiempo real. Hay que hacer una pausa sagrada antes de comenzar a tratar de hacer un montón de cosas. Cuando descansas durante unos días sin tratar de entrar en acción, permites que tu sistema nervioso se regule a un estado que permita más creatividad y flujo. Te sentirás y pensarás con más claridad
Haz espacio físico
Cada vez que desees llamar cualquier cosa intencionalmente hacia tu vida, primero debes hacer espacio para ello. Deshazte de las cosas en tu espacio físico que ya no te funcionan, encajan, emocionan o sirven. Comienza por hacerlo en bloques de siete a 10 minutos al día (tal vez te claves y termines limpiando toda la casa, está bien).
Siéntate, escribe, aclara en qué te enfocarás
Hazlo en ese orden. Siéntate en silencio y medita. Puedes repetirte “estoy dispuesto, estoy abierto” para recibir la inspiración. Después abre tu diario y comienza a escribir lo que sea que te venga a la cabeza. Te sorprenderá la cantidad de ideas claras e inspiradas que verás. Dentro de unos minutos o unos días, sabrás en qué proyecto deseas enfocarte primero. Tal vez sea tu libro o un proyecto de pasión para el que nunca has tenido tiempo, o tal vez solo quieras hacer un poco de autodescubrimiento, terminar un curso que comenzaste, cualquier cosa.
Inspírate en los monjes
Podemos aprender sobre cómo dedicarnos a una práctica o un proyecto de los monjes de cualquier religión, tomando algunos tips de cómo viven y trabajan: haz votos (promsesas), crea un espacio sagrado físicamente y trabaja en crear un espacio en tu mente. Cada mañana haz la promesa de trabajar en eso, porque se lo debes al mundo. Todos estamos esperando el gran regalo que tienes que ofrecer. No dejes de hacerlo.
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