Hay muchas historias inspiradoras de los jugadores de la NFL. Una de las más recientes y conmovedoras es la de Shaquem Griffin, quien se volvió popular gracias su gran desempeño como linebacker en la temporada 2018 y principalmente, porque es el primer jugador de la liga que no tiene una mano.
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“¡Córtame la mano, por favor!“, gritaba Shaquem cuando tenía cuatro años y no aguantaba más el dolor que le causaban especialmente sus dedos. Estaba en busca de un cuchillo cuando su madre entró a la cocina y evitó la tragedia.
Ese dolor lo acompañó durante los primeros cinco años de su vida, debido a una enfermedad que empezó desde antes de nacer. El cordón umbilical se enrolló alrededor de su muñeca izquierda y detonó el síndrome de bridas amnióticas, una serie de defectos que ataca a uno de cada 1,200 bebés.
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Vivió con este grave malestar hasta que su familia decidió amputar su mano, la única forma de solucionarlo. Después de esa operación, él y su hermano gemelo Shaquill, crecieron y desarrollaron su talento como atletas en Estados Unidos.
Su voluntad y forma de trabajo, lo llevaron a destacar en otros deportes que no involucraban el futbol americano. Incluso llegó a ser el quinto lugar nacional en salto triple y se coronó campeón estatal en salto de longitud.
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Shaquem ha demostrado que puede ser capaz de jugar y destacar al más alto nivel. Fue uno de los mejores jugadores en la liga de futbol americano colegial y poco a poco se gana un lugar como apoyador en los Seattle Seahawks. Con ese empeño, tal vez se convierta en uno de los jugadores más destacados de la historia de la NFL, incluso sin una extremidad tan importante en este deporte como lo es la mano.
https://youtu.be/kQfb9xmMByo
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