La vida del rockstar es un mito que se ha construido desde hace décadas. El músico que viaja por el mundo en aviones privados, duerme en hoteles de lujo (cada día con una personas distinta), vive los excesos de cualquier sustancia que pueda causar placer y en general se divierte como nadie, es algo que muy pocas personas han logrado, pero que sin duda los rockstars más ricos del mundo sí llegaron a vivir.
Durante la época dorada del rock, las bandas famosas (y otras que no lo eran tanto) podían firmar contratos absurdos en los que ganaban millones de dólares por grabar discos y por la venta de los mismos, además, después se lanzaban en giras interminables (donde disfrutaban esa vida de rockstars) que les redituaban otra parte de sus ingresos.
Lamentablemente muchas veces eran jóvenes que no se preocupaban por el futuro a largo plazo y sobran las historias de los managers y las disqueras que los dejaron sin un centavo. Los rockstars más ricos lograron superar esa etapa.
Estos músicos han amasado sus fortunas durante años, incluso puede que durante su mejor momento estuvieran lejos de tener tanto dinero, pero gracias a que han tratado su carrera musical como el negocio que es, han convertido lo que para muchos es una profesión destinada a la pobreza en un imperio multimillonario.