Veracruz es un estado con tantos contrastes en su territorio, que de pronto te cuestionas si centro o sur de México. En su longitud puedes encontrar desde montañas hasta las playas más bonitas del Golfo. Lo que lo hace un destino muy especial para aquellos viajeros que buscan explorar los rincones más pintorescos de nuestro país.
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Al llegar allí, te encuentras con varias sorpresas, sobre todo en su escena culinaria. Jamás te imaginarías que Veracruz, gracias a sus originales y deliciosas propuestas, pudiera convertirse en una parada obligada para los foodies de corazón.
Lo cierto es que ¿por qué no? Este estado cuenta con el potencial, porque realmente lo tiene TODO. Espacios con hermosa decoración, materia prima local, fresca y de primera calidad, y –más que nada– tiene personas con muchas, pero muchas ganas de trabajar en eso que tanto aman.
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Uno de los ejemplos más claros es el chef Erik Guerrero Arias, quien por años fue el jefe de cocina del aclamado restaurante Pujol de Enrique Olvera. Guerrero se despidió de la CDMX, regresó a su tierra natal y junto a su socio, Victor Barra, decidió embarcarse hacia una nueva aventura llamada “DOS”. Un restaurante que desde su comienzo –hace un año– los hizo sumergirse en un mundo diferente.
Desde la búsqueda de proveedores hasta la aceptación de los comensales, quienes escépticos al cambio cuestionaban qué hacía un lugar así en el puerto. Todo se convirtió en un reto, el cual tocó a fondo la manera de pensar del chef y claro, su comida.
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Su primer secreto –y el cual nos compartió durante el viaje a estas tierras– fue la “buena pesca”. En su intención por buscar los mejores ingredientes llegó a lugares en donde la pesca es la principal labor.
Ahora semana tras semana tiene pescado fresco, recién salido del mar. Mismo que es capturado únicamente con anzuelo, así que solo la cantidad que se logra pescar en el día es lo que va directo al sartén. Con esto elimina el uso de redes que pueden capturar especies más grandes –como el atún o el tiburón– y en peligro de extinción.
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El segundo secreto, de mucho valor, es que ayuda a que familias pesqueras de los pueblos aledaños subsistan en tan noble profesión. Ahora provee a restaurantes como Pujol y el pop-up de Noma en Playa del Carmen con algunas especies de mariscos.
Esto con la esperanza de que más restaurantes de la ciudad se animen a hacerlo y se sumen a la buena pesca. Simplemente, el chef vio esto como un área de oportunidad en el que todos –pescador, el restaurante, nuestro planeta y por supuesto el comensal– ganan.
Y este último en particular es el que realmente se lleva la mejor parte. ¿Por qué? Solo tienes que ir al restaurante para comprenderlo. Los platillos son algo verdaderamente exquisito. La materia prima es de primera mano y en el resultado se nota.
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Cada bocado, de lo que sea que pruebes, es algo especial. Texturas de pescados que nunca habías probado, que te hacen olvidar todos esos congelados a los que estamos acostumbrados, y que una vez más desafían a tu paladar.
Normalmente depende del tipo de pesca el platillo, así que varía por temporadas. Pero el taco de jaiba desnuda, ése es una cosa inolvidable, irrepetible y que, sin temor a decirlo, te haría viajar de vuelta a este lugar.
Nuestra experiencia fue MUY buena y sobrepasó nuestras expectativas en todos los sentidos. Ahora solo estamos a la espera de alguna oportunidad de vacación, porque definitivamente tenemos que escaparnos nuevamente a Veracruz.
Dirección: Navegantes 96 esq. Av. Américas, Boca del Río, Veracruz
Tel: 229 923 5946
Facebook: dosboca
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