Así como eres comprensivo con los demás, también deberías de serlo contigo. Aunque no lo creas, muchas veces logramos ver cosas hermosas en otros y en nosotros solo lo malo. Dejando que eso cause inseguridades o mucho dolor. Por lo mismo, es muy importante que aprendamos a detectar a tiempo esas pequeñas red flags que nos hacen ponernos en alerta para saber qué algo anda mal.
Puede que sean red flags pequeñas que apenas se notan o unas muy evidentes, el punto es ponerles un alto demostrarte cuando te amas y valoras. No todo puede ser perfecto pero justo eso es lo bonito de la vida, lo imperfecto que es todo. Somos humanos y cometemos errores pero al final del día siempre queda ser una mejor versión y tratar de intentar de nuevo. ¡Toma nota y visualiza cuales te representan!
Disculparte por todo
Pedir perdón es de sabios, no siempre se puede tener la razón pero no puedes permitir que pasen todos sobre ti. No tienes porque pedir perdón todo el tiempo, escucha tus ideales también, siente orgullo de la persona que eres sin sentir culpa. No permitas que tenga mayor peso el andar por la vida sintiendo que haces todo mal.
Querer controlar todo a tu alrededor
Por lo general, los seres humanos somos muy controladores y en la mayoría de los casos queremos tener la razón y hacer lo que queramos. La realidad es que la vida no funciona así, estamos muy lejos de poder controlar todo a nuestro alrededor. Es importante saberlo para poder fluir y no quedarse con esos pensamientos estancados sintiendo enojo o frustración porque las cosas no salen como lo planeamos.
No tener responsabilidad afectiva
Este punto marca algo bien importante, entender que no todo se trata de nuestra conveniencia o solo de lo que podamos sentir de nuestro lado. Al comprometerse con alguien involucrando sentimientos, se debe tomar en cuenta lo que la otra persona piense también. No importa si es una mascota, amigo, pareja o familia. Se tiene que tener momentos para hablar de lo que siente cada uno y llegar a un acuerdo.
Ignorar tus necesidades
Preocuparte por quedar bien con los demás antes de ponerte como prioridad es algo que pasa mucho. Ya sea dejando que pasen por encima de ti o simplemente que comiences a dejar de lado todo lo tuyo como horas de dormir, comer, descansar o hasta tiempo para ti por pensar en otros. Se tiene que encontrar una forma de equilibrar los tiempos para que puedas hacer todo sin ignorar lo que tú necesitas.
Asumir y callar
Bien dicen que no hay preguntas malas, solo tontos que no preguntan. Es vital para la vida no callar nunca, si tienes duda de algo es mejor preguntar a dejar que crezca la ansiedad por quedarte con la duda. Así que sin miedo, aclara todo y no dejas que esa clase de red flags sean más fuertes que tu salud mental. Recuerda que para estar bien se tiene que estar en conexión con uno mismo y qué mejor ejemplo que este. Aclarar todo te dará mucha paz y ayudará a entender mejor el contexto de todo.
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