En 2006 Radiohead era considerada la banda más grande del mundo sin un contrato con disquera. Después de seis discos publicados por EMI, la banda inglesa decidió abandonar la seguridad de los monstruos de la industria y regresar al trabajo artesanal.
La apuesta era grande y nadie sabía cuál era el siguiente paso para una banda tan importante, pero todo fue aún más confuso cuando el primero de octubre de 2007 Jonny Greenwood anunció que el séptimo disco de la banda estaba listo, que saldría en 10 días y dejó un link de compra donde la gente podía preordenar el disco de manera digital con el concepto de “paga lo que queiras”.
En una época marcada por la incertidumbre en la industria musical, cuando las disqueras atacaban sin cesar a los que subían materiales con derechos de autor a la web, Radiohead realizó un acto que revivió el debate acerca de a quién le pertenece la música. Desde entonces In Rainbows ya era una leyenda.
Musicalmente el disco es un trabajo mucho más personal. Aunque siempre apuntando a la experimentación y la complejidad, incluso en lo que parecen canciones básicas y sencillas, este material contiene letras menos fastuosas y más sentimentales, a veces, incluso juntando ambos conceptos, como se puede ver en este análisis de Videotape.
In Rainbows es considerado por pocos como el mejor disco de la banda, pero sin ningún problema supera al mejor disco de muchas otras (a veces más exitosas en términos económicos) bandas en la industria. Después de surgir en medio del grunge, deslindarse del resto de la música de su generación, crear obras conceptuales completamente únicas y finalmente cortar lazos con su disquera, In Rainbows demostró que los discos no surgen de la nada, que son el resultado de miles de decisiones y experiencias previas, y además, que si te mantienes fiel a tu ética como artista, el público entenderá el resultado y te seguirá sin dudarlo un segundo.