Las parejas que esperan un bebé, tienen mucho que hacer, desde la planeación de la recámara, hasta el abastecimiento de pañales y biberones. Por eso, puede ser fácil olvidar que su primer bebé, su mascota, necesitará un poco de atención y tiempo para adaptarse a la llegada del nuevo miembro de la familia.
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Deberían empezar a preparar a su mascota tan pronto como sepan que están embarazados. Hemos escuchado muchos casos de rebeldía de los perritos o gatos cuando la pareja espera un bebé. Nunca es demasiado temprano para que su mascota se acostumbre a los sonidos, las vistas y los olores que trae un bebé para que en el futuro sean los mejores amigos.
Empieza antes de la llegada del bebé
Cuando se trata de la preparación, lo básico es lo mismo para perros y gatos de cualquier edad. Se trata de un refuerzo positivo. Encuentra grabaciones de ruidos de bebés, llorando, riendo, gritando, arrullando, y juega con tu mascota. Luego dale un premio o un juguete que ame. Así, tu mascota asociará esos ruidos con cosas buenas, como recibir un premio.
Familiarízalos con los aromas
Perros y gatos tienen algo superior a los humanos, y eso es el olfato. Aprovecha esto para prepararlos para conocer al bebé. Aplica un poco de polvo o aceite para bebé tu propia piel para ambientar a tu mascota. Y antes de llevar al bebé a casa, se recomienda que tu pareja lleve una manta o un gorrito del bebé a su mascota para que puedan acostumbrarse a la esencia del bebé.
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Haz una entrada cuidadosa
Es muy posible que tu mascota esté ansiosa por conocer al bulto en tus brazos, pero toma tu tiempo antes del primer saludo. Puede que tu perro o gato sea la criatura más noble de todas, pero tu bebé todavía es un extraño para ellos. Para los animales, los bebés pueden ser extraños y atemorizantes. Hacen ruidos y movimientos desconocidos, a lo cual los animales pueden reaccionar. Nunca dejes a un bebé solo con el perro o el gato, y nunca en un lugar que le acceso sin restricciones a un animal.
Pon atención a lo que tu mascota quiere decirte
Fíjate en signos sutiles de estrés, como si se lame los labios, bostezos y el “ojo de ballena” (la mirada triste que nos derrite), cuando se ve el blanco de sus ojos. Las señales más obvias son si camina con la cola metida y no para de rondar por la casa. Si gruñe, no lo regañes, esa es su señal de advertencia para nosotros de que están incómodos. Si tratas de silenciar su gruñido, pasarán a comportamientos más extremos como morder.
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Dale a tu peludo su propio espacio
Las mascotas deben tener un lugar tranquilo y seguro al que puedan ir cuando quieran estar lejos del caos. Puede ser su camita o jaula, los gatos deben tener un árbol o “agujero escondido” en el que puedan retirarse. Estos lugares deben ser seguros y no se debe permitir que los niños los molesten cuando descansan. Asegúrate de que las mascotas y los niños estén siempre separados cuando cualquiera de los dos esté comiendo. Los niños deben aprender a tratar a los animales con respeto y darles su espacio.
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