Los perros guía, también conocidos como perros lazarillos, son aquellos animales especialmente entrenados para brindar apoyo y asistencia a las personas con discapacidades visuales. Puede ser una imagen sumamente tierna pero la realidad es que si algún día ves alguno jamás deberías hablarle o tocarlo; estas son las razones.
Los perros guía son entrenados desde muy pequeños para su función. Saben cómo ayudar a que su dueño se mueva con seguridad y confianza en su entorno. Son un gran apoyo para la independencia y calidad de vida de las personas con ceguera o muy poca visión.
Funciones de los perros guía
Los perros guía están entrenados para proteger a su dueño al caminar; es decir, ellos les avisan si hay algún obstáculo o si necesitan hacer un paso diferente como cuando encuentran escalones, barandales, bordes y más. De igual manera ellos saben cuándo es seguro cruzar una calle.
También son entrenados para detectar peligros que pueden llegar a afectar a su dueño como vehículos en movimiento, agujeros en el camino u otras situaciones de riesgo. Saben cómo alertar a su dueño para su protección.
Son capaces de seguir comandos verbales y señales para dirigirse en alguna dirección específica, y finalmente son una enorme ayuda para la autonomía y calidad en el día a día de sus dueños. No cualquier perro puede ser guía, llevan un entrenamiento desde temprana edad que les ayuda a desarrollar las habilidades necesarias para desempeñar tareas; únicamente los de temperamento adecuado y disposición amistosa son seleccionados para la importante tarea.
¿Por qué no debes tocar ni hablarle a un perro guía?
Son de gran ayuda para las personas con ceguera pero ¿nosoros podemos ayudarle de alguna forma? muchas personas se enternecen al ver un perrito guía y los acarician o les hablan. Están cometiendo un error porque se encuentra trabajando, pueden distraerlo y poner en peligro a su dueño.
Estos perros tienen un entrenamiento riguroso como ya lo hablamos; su principal función es guiar a su dueño de manera segura evitando obstáculos y peligros. Si una persona les habla o los acaricia pueden perder la concentración extrema que deben tener para garantizar la seguridad de su dueño.
De igual manera trabajan en un vínculo fuerte con sus dueños, necesitan mantenerlo para su seguridad. Si interrumpimos esa conexión porque a todos los perritos les gustan las caricias y tratos bonitos, se podría dificultar la función como guía.
Los podemos llegar a confundir y ya no acatar correctamente las órdenes que su dueño le indique. Lo mejor que podemos hacer es abrir paso y dejar que el perro guía siga trabajando sin interrupciones. Los admiramos a la distancia y comentamos cualquier cosa aparte sin interactuar con ellos de ninguna manera.
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