En la adversidad, la creatividad surge para combatirla y adaptarse de la mejor manera. México tiene una historia popular y otra oficial, pero Luis Barragán encontró la manera de formar la segunda a partir de la primera.
Han sido para mí motivo de permanente inspiración las lecciones que encierra la arquitectura popular de la provincia mexicana: sus paredes blanqueadas con cal, la tranquilidad de sus patios y huertas, el colorido de sus calles y el humilde señorío de sus plazas rodeadas de sombreados portales.
El arquitecto hoy es reconocido como el único mexicano ganador del Premio Pritzker, siempre considerado el Nobel de Arquitectura. Esto deja claro que esa arquitectura popular de la provincia mexicana, es uno de los elementos más bellos que existen en la arquitectura contemporánea, y sólo es necesario observar la obra de Barragán para entenderla y tal vez darle el reconocimiento que merece.
Un ejemplo de su pasión por lo mexicano en la arquitectura de su época se refleja en Los Clubes, donde trabajó las caballerizas, que convirtió en una obra de arte en el norte de la Ciudad de México. El conjunto tiene su característica geometría, un color vibrante (sobre todo el rosa) y el peculiar uso del agua. Durante años fue una de sus obras más representativas y hoy sólo es eclipsada por las inmensas Torres de Satélite, que se encuentran en la misma zona.
Tal vez otra de las razones por las que este arquitecto continúa siendo un referente a nivel nacional e internacional es su creencia en lo mágico, lo religioso y lo espiritual. A pesar de ser un ferviente católico, Luis Barragán no dejó de lado el misticismo de otras regiones y religiones, de las que aprendió mucho de arquitectura y que incluyó en sus obras más características.
Los grandes espacios en los que la luz se cuela de manera casi espiritual demuestran la influencia de los monasterios católicos, sin embargo el minimalismo de su obra permite que esto se lea de una manera mucho menos religiosa por lo que ha sido una inspiración para las nuevas generaciones de arquitectos.
La casa estudio Luis Barragán es Patrimonio Mundial de la UNESCO (la única en su tipo en toda América Latina) y expone la esencia del arquitecto, y por ello, la esencia de lo mexicano. Pocos artistas han podido convertirse en sinónimo de su nación y sin duda el arquitecto nacido en 1902 lo logró. Su arquitectura continúa siendo influencia para miles e incluso sus detractores encuentran muchos puntos a favor del arquitecto que transformó México.
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