Los jitomates cherry se han convertido en un ingrediente clásico en la gastronomía mexicana, sobre todo por su tamaño e imagen. Es común encontrarlos en ensaladas y otros platillos durante el verano pero ¿sabes cuál fue el origen de esta verdura tan pequeña?
Su sabor es un tanto dulce, al menos más que un jitomate saladet o bola. Puede consumirse fácilmente en crudo como un snack.
El jitomate en sí es de origen mexicano. Se originó la versión silvestre en los Andes pero fueron los aztecas quienes lograron cultivarlo de forma doméstica en sus chinampas. Los primeros eran de un tamaño muy pequeño, casi como los chícharos, pero poco a poco fueron encontrando la manera de cultivar jitomates de todos los tamaños e incluso más colores.
Pero ¿cómo surgieron los jitomates cherry? Su primera aparición en los libros fue en el «Pinax Theatri Botanici» de Caspar Bauhin en 1623. En tal publicación se describen como una agrupación parecida a las cerezas.
Después la historia se vuelve confusa. Grecia asegura que el jitomate cherry fue criado por primera vez en su isla Santorini e incluso en el 2013 le dio el título de raza protegida. Los expertos aseguran que esta variedad se debe más a las diferencias en nutrientes de la tierra volcánica y clima seco del lugar que no les permite mayor crecimiento.
Israel también asegura que los jitomates cherry vienen de su país pero lo cierto es que ya existían en otros lugares del mundo antes que sus científicos encontraran la forma de hacer una variedad más fácil de empacar, transportar y vender. Lo que es cierto y hay que darles crédito es que ellos modificaron la semilla para crear una variedad resistente y fácil de cultivar. Hoy Israel es líder en las semillas de jitomate.
Como ves, su origen es confuso. Los aztecas fueron los primeros en cultivarlos y modificar su tamaño pero entonces fueron transportados a Europa (nadie sabe cómo llegaron por allá) y los incorporaron a las cocinas tradicionales de cada país.
Hablando de la palabra «tomate», proviene del náhuatl «tomal» que significa «gordura» y «atl» que significa «agua»; es decir, el significado del nombre es «agua gorda».
«Jitomate» tiene otro vocablo también náhuatl: «xictli», que significa «ombligo»; así que «jitomate» se traduce como «ombligo de agua gorda».
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