A estas alturas de la vida no es ninguna sorpresa que Netflix se haya convertido en epicentro de varias opciones de entretenimiento. Sus series y películas originales son un lugar digno de explorar y siempre se puede encontrar algo que no decepciona. Sin embargo, y tal vez más que con las series y películas, la plataforma se ha esforzado por convertirse en un entusiasta generador de especiales de stand up como lo fuera HBO hace veinte años. Cada año ven la luz muchos de ellos y generalmente siempre hay uno que brilla por encima de todos los demás.
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Estamos justo a la mitad de 2018 y definitivamente el que se lleva ese honor es “Nanette” de Hannah Gadsby. Proveniente de Australia, mejor conocida por su participación en la aclamada serie “Please Like Me” y con una carrera que es todo menos amateur, la comediante creó un especial de una hora que no se parece a nada que se haya visto antes. Puede sonar como una exageración, pero los críticos del mundo la sustentan. Todo lo que se ha dicho sobre él es más parecido a una ronda de aplausos que a cualquier otra cosa.
¿La razón? Se trata de un discurso que combina la narrativa personal de su autora, como lo haría Mike Birbiglia, con una sensibilidad digna del Patton Oswalt más triste y una serie de chistes que no encuentran su punchline en una revelación, sino en su misma disección. A lo largo del especial, Gadsby ofrece un curso rápido sobre cómo se construye un chiste y qué es lo que lo hace efectivo, una labor que en el camino arrastra con varias cosas valiosas más.
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Quizá la más importante de ellas es la furia con la que trata temas como la sexualidad, el género, la feminidad y lo vulnerable que las minorías suelen ser en un mundo que se resiste a cambiar prácticas lamentables. A través de directas referencias con nombre y apellido de personas que han abusado de su reputación y poder para vulnerar a otros, Gadsby cuenta su propia historia desgarradora y cómo es que la violencia en su vida (que incluye golpes, abusos sexuales y ofensas) la ha marcado para siempre y la ha llevado a renunciar a la comedia. Gadsby no se presenta como una víctima, sino como un ejemplo de supervivencia.
Al final, después de una serie de relatos que llevan a la audiencia de la risa al llanto y de éste a la impotencia y el coraje, la comediante revela eso que le hace falta a la humanidad para humanizarse: conexión y empatía. Cuando termina, el público aplaude de pie y la abraza con una extraña calidez que pocas veces se ha visto en un especial de este tipo.
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Como Tig Notaro con la enfermedad hace unos años, Hannah Gadsby ha creado un tipo de comedia que no teme en desenvolverse y mutar en algo más. Hay muchas personas que conectan a la comedia con la tragedia, pero pocas que se atreven a desafiar y cuestionar su relación. “Nanette”, como las obras de arte que mejor perduran y queda como un lugar al cual voltear a ver cuando la memoria falle, los tiempos de abuso sean olvidados y haya qué recordar con fuerza. La risa es mejor cuando te cambia la vida para bien.
Te compartimos el trailer para que veas qué es lo que puedes esperar y para verlo en Netflix solo tienes que dar clic aquí. ¡Dale play!
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