Guten tag, Ramón es una película que retrata la difícil vida que lleva un joven que se ve forzado a convertirse en inmigrante en un país en el que no entiende nada de lo que le dicen pero que a través de la empatía, logra hacerse entender. Y es la música lo que sensibiliza y dota de intenciones el film de Jorge Ramírez Suárez, donde el personaje logra identificarse y le da motivos especiales a ese lugar que está a muchísimos kilómetros de casa. Rodrigo Flores López, compositor de las piezas originales de la película, nos compartió su experiencia y el detrás de la música de la historia que no te debes perder en las salas de cine.
Conocí a Jorge hace 4 o 5 años, él estaba presentando “Amar”, otra de sus películas, y me gustó mucho la manera que tiene para contar historias. Cuando terminó la presentación le entregué mi disco y platiqué un rato con él, a los dos días me escribió desde Alemania diciéndome que le había gustado mucho mi música y se dio la oportunidad de colaborar con él en la serie “Futuros Posibles”.
Una vez terminada la producción, el director y Rodrigo quedaron satisfechos con el trabajo realizado por ambos y su buena mancuerna los llevó al desarrollo de otros proyectos, donde Guten, tag Ramón fue planeada como la posibilidad de trabajar de nuevo juntos. Por su parte, el músico tenía como influencia al compositor escocés Patrick Doyle, quien desde niño lo inspiró a querer estudiar música de cine, y que llamó su atención de manera particular al trabajar con la orquesta de Bulgaria.
Escuché grabaciones de la orquesta de Bulgaria y sonaba muy bien, entonces me puse a investigar quién era el ingeniero de grabación, porque para mí era muy importante que sonara bien, así como quien iba a grabar y mezclar, y busqué al ingeniero de Patrick Doyle. Les escribí para contarles del proyecto, que no tenía el presupuesto altísimo como el de las producciones con las que ellos están acostumbrados a trabajar, les mandamos la película y la música, y les gustó tanto que no les importó cuánto dinero tuviéramos para trabajar con ellos.
La orquesta compuesta por alrededor de 50 músicos, también contó con participaciones especiales como la del guitarrista cubano Manuel Espinas (que ayudó en la identificación del sonido de Durango) y la asesora musical Deniz Hughes. Sin caer en un cliché creado por la guitarra como característica de nuestro país y el piano como el símbolo alemán, Flores buscó que los temas fueran los que interpretaran a los mismos personajes sin los estereotipos tradicionales.
Pasé por un proceso de experimentación que duró más o menos cuatro meses y ya cuando tuve todas las partituras listas para la orquesta, fui con ellos, que tienen una experiencia increíble para sacar la musicalidad de todas las piezas desde la primera lectura. Después vino más del proceso de post-producción junto a los diseñadores de sonido con quien se logró la mezcla final y un buen resultado pues todos los que trabajaron en la película estuvieron dispuestos a dar lo mejor y creer en ella. También creo que ver la película en la pantalla es muy satisfactorio pero ver que el público reacciona igual que tú, que se ríe o se le sale una lágrima, es increíble.
Por ahora Rodrigo tiene un par de proyectos de cine que están por concretarse, la puesta en escena Hilos de Plata que se estrenará en noviembre con composiciones musicales propias, y un taller de música de cine y teatro, que impartirá a partir del 12 de septiembre y a lo largo de 6 sesiones (viernes de 5-7pm) en el foro El Albergue del Arte (Coyoacán). Para más información visita rodrigofloreslopez.com