Blake Little es un reconocido fotógrafo que ha trabajado en áreas de entretenimiento, publicidad y arte. En su portafolio destacan retratos de algunos de las celebridades más cotizadas del mundo.
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Sin embargo, uno de sus trabajos más peculiares –y se podría decir que también antojable– incluía algo que jamás te imaginarías, se trata de miel. En él muestra humanos totalmente cubiertos de este líquido dulce y viscoso producido por las abejas.
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El extravagante proyecto busca experimentar la “preservación” de nuestra especie y proyecta humanos de todo tipo de etnias, sus esculturales y muy particulares siluetas, en posiciones muy provocadoras.
La colección de fotos incluso aparece un bebé y un perro. Todas y cada una de las fotos resaltan por el color dorado de la miel que hace que los músculos, el pelo y los rostros tengan una forma totalmente distinta y resalte lo más bello de cada humano.
Según sus palabras, este pegajoso ingrediente “tiene una manera de difundir las cualidades personales del sujeto haciéndolas a menudo irreconocibles y democratizando al individuo con cualidades icónicas universales”.
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