Reginald Davis fue un fotógrafo que a través de 50 años de carrera se ganó la reputación de fotografiar a las celebridades más importantes y glamorosas del momento. Entre su portafolio se encuentran Sophia Loren, Elizabeth Taylor, Grace Kelly y la mismísima reina Isabel. De hecho, fue desde que en 1956 cuando tuvo una sesión privada para fotografiarla cuando se obtuvo tal fama. A partir de entonces su lente capturó a las personas más exclusivas, fue a viaje con ellos y pudo determinar quiénes tenían “cierta actitud”.
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En su libro “My life photographing royalty” dijo que Grace Kelly, princesa de Mónaco, tuvo una actitud de diva. Ella únicamente accedió a tener una audiencia a puertas cerradas, tal como lo había hecho con la reina.
Su foto más famosa fue mientras ella tocaba el piano como toda una experta enfrente de su familia. En palabras de Davis “Ella sólo accedió a una audiencia privada porque previamente había tenido una audiencia privada con la Reina, y luego cuando le pedí que tocara el piano, ella afirmó que no podía tocar una nota.” Según su relato, luego de la afirmación por parte de la princesa, luego levantó la tapa y se dejó ver como una pianista de concierto.
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Para ese entonces, Grace era la “It Girl”, la mujer del momento a la que todos querían disparar el flash para obtener la foto. Davis, por supuesto, logró que su cara fuera de total felicidad y relajada.
La otra princesa que fue un tanto difícil fue Anne, hija de Elizabeth II. Ella ya tenía reputación de ser algo complicada, pero Davis lo tomó como un reto y logró la foto en donde ella está tumbada en el pasto.
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Sin embargo al momento de experimentar, cuando Davis le pidió que si podía poner una pieza de paja en su boca para lograr un look casual, ella respondió: “no soy ese tipo de chica” según cuenta el fotógrafo en su libro.
Así mencionó no solo a aquellas mujeres de la realeza que tuvieron una actitud engreída sino a quienes también se dejaron cautivar por su lente como su favorita, la princesa Margaret, hermana de Isabel. Quien simplemente posó y sonrió para su cámara siempre.
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