Por: Raquel Rivas
A sólo 40 kilómetros de la Ciudad de México se encuentra un paraíso escondido en forma de hacienda del siglo XVI. Construida en un principio para fungir como lugar de explotación de la madera, la Hacienda San Andrés vio pasar el peso del tiempo a través de sus corpulentos muros hechos con adobe y piedra.
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La Guerra de Independencia fue benévola con ésta, pero en la Revolución sirvió como cuartel para ambos bandos. Este emblemático lugar construido a semejanza de la Europa medieval ha sido remodelado atendiendo las necesidades que imperan en el siglo XXI, hoy funge como hotel gastronómico sustentable y cuenta con 11 espléndidas suites, un spa, salones para realizar todo tipo de eventos, un huerto, una granja y una espectacular cocina.
Para disfrutar la experiencia al máximo, Mastercard, Pata de Perro y el Consejo de Promoción Turística de México han creado para ti una aventura de tres días y tres noches en la hacienda. Durante tu estadía, podrás participar en el taller de cultivo y clase de cocina saludable impartido por el chef Marco Margain; serás parte de una expedición con transporte y guía de medio día por la ruta de los conventos y artesanos que culminará con una comida con los lugareños para que conozcas de primera mano sus costumbres.
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Y/o, podrás incluir a tu experiencia un vuelo en globo aerostático al amanecer, una expedición en motocicleta por la zona volcánica y una ofrenda espiritual con una granicera, conocida por su sapiencia en cuanto al arte del control de los fenómenos meteorológicos y con facultades de curandera y adivina.
Nota originalmente publicada en Robb Report México
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