El año pasado Eric Prydz se presentó en Tomorrowland con el espectaculo visual más impresionante y con la tecnología más avanzada que se había visto hasta el momento en el mundo occidental.
El evento fue histórico, pues la gente podía ver una holograma esférico sobre el DJ, pero el equipo usado para lograrlo era tan pesado que hundió el escenario y la segunda presentación tuvo que ser cancelada.
Se trató de un acto que adelantaba lo que venía, nuevas maneras de experimentar un concierto en vivo, pero claro, después llegó la pandemia. Todo se frenó y lo que parecía una pequeña pausa, pronto se vio a mediano plazo, obligando a todos a pensar de manera distinta cómo se podía disfrutar un evento en vivo.
Tomorrowland volvió a tomar la batuta y esta vez lanzó Tomorrowland Around the World, un evento virtual en el que al estilo Fortnite, crearon una isla en la que podías desplazarte entre escenarios con sets grabados y animados para dar la sensación de encontrarte en un increíble escenario virtual, talleres, revivir viejas presentaciones, descubrir nuevos talentos y más.
Este festival se convirtió en otro parteaguas, pues si bien Fortnite nos dio un vistazo al futuro de los eventos musicales en línea gracias a la increíble presentación de Travis Scott, que no puede ser replicada en otro medio que no sea un videojuego, esta versión de Tomorrowland demostró que todo un festival puede existir de manera digital.
Con los conciertos como uno de los últimos eventos que podrán regresar a la normalidad (olvida las nuevas fechas y las promesas de las productoras, sin una vacuna a nivel mundial no hay manera de que la gente viaje a otro país para vivir un fin de semana en un evento masivo), la gente se está adaptando al corto y mediano plazo, pero eso implica que algunos cambios también serán permanentes.
En México y muchas otras partes se han incentivado los conciertos desde autos, pero esto parece más un curita en una gran herida que no hará nada por innovar ni ofrecer una experiencia real. Los eventos virtuales no son lo mismo que la experiencia física de asistir a un festival, pero en medio de la contingencia, son los grandes festivales los que tienen la oportunidad de ofrecer nuevas alternativas.
Tal vez por ahora muchos vivan en el limbo de ver un concierto en vivo desde su auto, algo que supone riesgos como el que se vivió en Nueva York cuando la gente que asisitió aun concierto de The Chainsmokers no respetó las reglas y hay registro de cientos de personas agrupadas en medio del concierto, pero los conciertos que realmente transformarán la industria son esos que aprovechen el medio digital para ofrecer experiencias inmersivas que puedan ser disfrutadas desde casa, ya sea a través de una pantalla grande o lentes de realidad virtual.
Conciertos personalizados que usen machine learning, inteligencia artificial y mucho más. Conciertos grabados con distintas cámaras que entreguen una experiencia en 4K o incluso 8K para disfrutar como si se estuviera en primera fila, apps que te hagan sentir parte de la experiencia y te ayuden a interactuar con muchas otras personas en vivo… las posibilidades son infinitas y este es el momento de experimentar con ellas.