Julio Cortázar fue un niño que padeció muchas enfermedades, por lo que pasaba mucho tiempo en cama. A inicios del siglo XX no había mucho que se pudiera hacer ante esa situación, pero Julio aprovechó ese tiempo para leer, leyó tanto que parecía irreal, incluso peligroso.
Su madre llegó a preguntar a doctores si no era malo que alguien leyera tanto y cuando comenzó a escribir cuentos y novelas, incluso llegaron a pensar que estaba robándolas de alguien más, pues no había manera de que alguien tan joven escribiera tanto.
La vida de Julio Cortázar estuvo dedicada a las letras, con el paso del tiempo se convirtió en uno de los escritores más reconocidos por su peculiar manera de tratar el lenguaje español, pero más allá del estilo, el fondo de sus textos tuvieron un peso trascendental en sus lectores. Aunque escribió una infinidad de cuentos, poemas y algunas novelas, la manera en que escribió acerca del amor y desamor, es por lo que muchos deciden regresar a sus textos una y otra vez.
“Detrás de este triste espectáculo de palabras, tiembla indeciblemente la esperanza de que me leas, de que no haya muerto del todo en tu memoria.”
“Andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos.”
“Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio.”
“Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte como la mano izquierda enamorada de ese guante que vive en la derecha.”
“Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.”
“Buscás eso que llamas la armonía, pero la buscás justo ahí donde acabás de decir que no está, entre los amigos, la familia, en la ciudad.”
“Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno.”
“Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames.”
“No estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico, pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientras nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo.”
“Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma.”
“Si me ves por alguno de tus pensamientos, abrázame que te extraño.”
“Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos. Que adoro tus lunares y tu pecho me parece el paraíso. Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser.”
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