Resulta muy interesante como poco a poco las plataformas creativas de diseño han encontrado la forma de enmendar con diferentes proyectos sustentables, el daño ocasionado a nuestro planeta a través de los años. Aunque tomará muchos años y mucha dedicación y esfuerzo de parte de TODOS, se aspira a mejorar las condiciones globales.
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Las selvas urbanas hechas de piedra y concreto también conocidas como las grandes ciudades han eliminado paulatinamente la presencia de seres vivos como plantas y animales por motivos obvios, sin embargo como parte del ecosistema, estos también son necesarios.
La diseñadora holandesa Matilde Boelhouwer siempre ha estado inspirada y al servicio de la naturaleza. Para muestra: su más reciente proyecto, Food For Buzz. En él ha diseñado una serie de flores artificiales que convierten la lluvia en agua azucarada, de esta forma sirven como fuentes de alimentos “de emergencia” para los insectos citadinos.
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Luego de un estudio que realizó en Alemania, Boelhouwer se percató que en los últimos 27 años, la población de insectos ha disminuido en un 75 por ciento tanto en áreas rurales como urbanas. Esto debido al uso de pesticidas, el cambio climático y la falta de hábitat y alimentos para los insectos.
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Con ayuda de entomólogos (personas especializadas en el estudio de insectos) poliéster e impresión láser 3D, ha creado cinco prototipos de flores artificiales, cada una con cualidades específicas que atraen a los “cinco grandes de la polinización”: abejas, abejorros, moscas, mariposas y polillas.
El objetivo de Boelhouwer es introducir estas flores en espacios donde normalmente no podrían crecer, por ejemplo, usándolas para cubrir edificios de la ciudad. Aunque no se han instalado todavía, la diseñadora espera poder trabajar junto con arquitectos, ingenieros civiles y desarrolladores de ciudades para implementar el proyecto, con el fin de tener un impacto suficiente en la población de insectos.
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