¿Sabías que el mayor programa de cambio personal? A pesar de todos los estudios y las terapias que han existido, parece que el método más efectivo hasta ahora es el de Alcohólicos Anónimos.
Este grupo basa su ideología en aceptar sus fallas y entregarse a una fuerza mayor, por lo que científicamente no es muy fiable. Sin embargo, los estudios que han investigado su efectividad, han demostrado que muchas personas que se adentran en el grupo, realmente son capaces de dejar el alcohol y las drogas para siempre.
El éxito del grupo no viene de esa causa de fuerza mayor, ni de la personalidad de sus líderes, sino de un punto específico que desde 1934 han logrado y que desde entonces miles de personas y organizaciones han usado en su propia metodología: el cambio de rutinas.
Todos tenemos rutinas negativas que deseamos cambiar. Ya sea despertar tarde, beber de más los fines de semana o comer cuando nos da ansiedad (que a veces significa comer todo el tiempo). Pues el secreto de AA y otros grupos que han logrado ayudar a cambiar a la gente, es encontrar la rutina que hace que un hábito sea malo.
Para lograrlo debes saber qué es lo que activa esa rutina, qué haces para satisfacerla, y qué ganas al final. Volviendo al ejemplo de AA, la mayoría de las personas no beben para sentirse alcoholizadas, en realidad lo hacen porque el alcohol las ayuda a olvidar, a relajarse y sentirse más tranquilas, esa es su meta final.
AA no busca cambiar el inicio (sentirse mal) ni el final (tranquilizarse), sino que va directo a la rutina, que en este caso es beber. Por eso siempre vemos en televisión que la gente va a las pláticas y tiene “padrinos” para hablar siempre que sea necesario; se trata de un cambio de rutina radical. La gente no va casualmente, sino que se compromete a hacerlo todos los días durante tres meses y así generar una nueva rutina, en este caso es cambiar el uso de alcohol por una plática con alguien.
Si sabes que haces algo negativo, busca dentro de ti y encuentra la razón verdadera por la que lo haces, entenderte ayudará a que sea más fácil transformarte. Después, siempre que sientas la necesidad de hacerlo, comienza a hacer otra cosa; por ejemplo, si suena tu alarma sabes que si por ti fuera, saldrías en ese momento de la cama, pero las ganas de dormir más son mayores.
Oblígate a levantarte, hazlo sin pensar y poco a poco será más fácil. Si duermes más, despiertas con prisas y realmente no descansas mucho, pero si comienzas a levantarte inmediatamente, lo que al principio puede ser difícil y frustrante, se convertirá en un hábito positivo que te hará sentir mejor de lo que crees.
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