Muchas partes de nuestra vida han cambiado debido al coronavirus, algunas quizá nunca regresarán a ser lo de antes, pero en cuestiones románticas es sorprendente cómo la sociedad ha aceptado los cambios.
Siempre se mantuvo en un pedestal la idea de las citas de antaño, ese “romance” de los años cincuenta que realmente nunca existió. Lo que la gente en verdad anhelaba era el “amor lento”, la idea de llevar las cosas despacio y no ceder ante la presión de las reglas sociales.
Por eso con la llegada de la cuarentena, aunque la posibilidad de una cita parecía imposible, la gente se adaptó y usó lo que pensaban que era el enemigo del amor romántico como un gran aliado: la tecnología.
Tinder, Bumble, Match.com y otras plataformas han tenido un incremento de usuarios en los últimos meses. Muchos de los que estaban en contra de conocer a alguien más a través de una aplicación le dieron un intento y aunque nunca podrás quitar los malos ratos que apps como Tinder o Bumble pueden traer (los mensajes ofensivos, las propuestas inmediatas a hacer sexting y más), las cosas sí han cambiado para muchos.
De acuerdo a Helen Fisher, antropóloga biológica y consultora en jefe para Match.com, después de entrevistar a 6 mil personas que usan la plataforma, descubrió que 69 % de los entrevistados ahora usa videollamadas para tener citas a distancia, mientras que antes de la pandemia las videollamadas sólo las hacían 6 % de los encuestados.
Esto demuestra que el “amor lento” está teniendo un boom entre solteros. La imposibilidad de citas físicas ha hecho que la gente se conozca a profundidad antes de tener sexo (incluso antes de tocarse o besarse). Esto no implica que la gente no incurra al sexo virtual, pero mucha gente realmente está llevando las cosas con mucha más calma.
Según Fisher, el amor lento es una de las recetas para una relación sana a largo plazo. Ese sentimiento de euforia al conectar con alguien tiende a cambiar con el tiempo, por lo que las relaciones explosivas que dan todo en los primeros meses o años, pueden deteriorarse rápidamente, mientras que las relaciones que toman las cosas con calma (no en un sentido de contacto físico o sexual, sino nutriendo su relación poco a poco) suelen tener mayores probabilidades de estar juntos de por vida.
“Las parejas que salieron por uno o dos años antes de la boda tenían un 20 por ciento menos de probabilidades de divorciarse. Las parejas que salieron durante tres años o más antes de casarse tenían un 39 por ciento menos de probabilidades de separarse”.
El amor lento está de moda, pero no se trata de algo malo, es quizás un primer paso para transformar una práctica que por mucho tiempo tuvo muchos detractores y que ahora puede convertirse en la clave de relaciones duraderas.
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