¿Tienes un perro demasiado inquieto? Si después de su ejercicio, entrenamiento y juego con otros perros aún no parece tranquilizarse, aún hay algo que puedes hacer, además de que es beneficioso para tu perrito.
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Poner el cerebro de tu cachorro a trabajar puede ser de los mejores ejercicios que incluyas en su rutina. Desarrollar su cerebro y ponerlo a trabajar puede sacar el genio dentro de tu bebé, además de ayudarte a calmarlo más rápido.
Aquí te decimos unos juegos simples que puedes hacer para ayudar a aumentar la inteligencia de tu perro, satisfacer su necesidad de disciplina y fortalecer su vínculo.
Tesoro escondido
Nariz, ojos, oídos: es el orden en que un perro percibe el mundo, y este juego tiene que ver con el sentido del olfato. Básicamente, tu perro va a usar su nariz para encontrar premios escondidos. Cuando comience el juego, haz que se siente y se quede, y muéstrale dónde escondiste el premio (dentro de algo, tipo un cajita). Cuando esto le resulte más fácil puedes esconderlo sin que vea e ir elevando el nivel de dificultad.
Escondidillas
Tal cual como lo jugabas de chiquito. Puedes elegir entre esconder una golosina u otro objeto perfumado en algún lugar o esconderte tú y ver cuánto tiempo le toma encontrar. Dependiendo de la facilidad con que puedas hacer que tu perro se siente y se quede mientras te escondes, es posible que necesites que otra persona te ayude. También funciona en interiores o exteriores, por lo que puedes jugar sin importar el clima.
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Nombres de juguetes
Se calcula que un perro puede aprender 165 palabras en promedio. El objetivo de este juego es enseñar a tu perro a traerte un juguete en particular cuando lo pidas por su nombre. El secreto está en la repetición y la consistencia. Debes repetir el nombre junto con el juguete en particular hasta que tu perro seleccione el correcto. Debes usar el mismo nombre para cada juguete siempre.
Elige una mano
Este es un buen truco para enseñarle a tu perro a poner atención y seguir tus instrucciones, y es bastante simple de enseñar. La idea es que le muestres la mano en la que tienes un premio, pero enséñale que tiene que elegir la mano que nombras sin importar dónde esté escondido el premio.
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