Tu nariz suele acostumbrarse al olor de tu perfume por lo que después de un tiempo ya no lo identifica y crees que dejó de funcionar; por otro lado, a medida que pasan los años también puede dañarse por la forma en que lo guardamos y condiciones a la que lo enfrentamos, por eso te damos 5 tips para que aprendas a cuidarlos y te duren mucho más.
- El primer consejo es el que más nos cuesta: debemos aprender a dejar ir. Aceptemos cuando un perfume se ha dañado aunque nos encante. Probablemente ya no conserve su aroma original o haya llegado su fecha de caducidad. Si ya cambió el olor y/o color, es momento de aceptarlo y soltar.
- Ya que tenemos las fragancias que aún conservan sus características iniciales, debemos aprender a guardarlas en un espacio donde no les dé el sol directo o haga mucho calor para que conserve todas sus notas y composición.
- Aplícalo justo después de bañarte. La piel hidratada retiene mucho mejor la fragancia, solo sécala rápidamente después de la lucha, prepara la piel con una crema hidratante sin olor y aplica el perfume. En unas horas verás la diferencia ¡seguirás oliendo delicioso!
- Jamás frotes la fragancia, la fricción altera su composición y lo único que provocarás es que se evapore más rápido de lo normal. Aplica en los puntos clave ya conocidos como muñecas, detrás de las orejas y cuello, y listo, no necesitas hacer más.
- Si quieres que el olor dure mucho más tiempo en ti, colócalo en el pelo. Nuestra cabellera tiene la capacidad de guardar el perfume por horas y horas. Existen perfumes para el pelo que te pueden ayudar a oler delicioso pero no secarlo por el alcohol, así que es una gran opción para que la fragancia se quede en ti después de horas.
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