¿Has escuchado la frase “escucha a tu cuerpo”? Seguramente vino de tu entrenador, nutriólogo, maestro de yoga o de tu mamá. Y es popular por ser tan cierta. La mayoría del tiempo ignoramos lo que nuestro cuerpo nos está diciendo.
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Nuestro cuerpo, como parte de la naturaleza, es perfecto. Y extremadamente sabio. Por eso, es primordial dedicar tiempo y consciencia al conocimiento de nuestros cuerpos y sus síntomas. Te sorprenderás de lo mejor que manejarás ciertas situaciones cuando aprendes a conectar contigo y a confiar en tu cuerpo.
Tu cuerpo no puede mentir, no sabe existir de otra manera. Su único propósito es cuidarte y trabajar día y noche para que funciones bien. Nuestro cuerpo constantemente nos da señales para hacernos saber lo que está desbalanceado o mal.
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¿Ese granito? Podría ser que tu cuerpo indique que tus hormonas andan desbalanceadas o que tu nueva crema para la cara no se adapta bien a tu piel. También podría ser un mensaje emocional para que seas amable y te aceptes y des amor a ti mismo.
Para conectarnos con el cuerpo, tenemos que callarnos y calmarnos. Necesitamos el espacio para notar qué sensaciones está experimentando nuestro cuerpo. Una vez que nos tomamos el tiempo para aprender a sentir cuáles son las señales de nuestro cuerpo cuando estamos inseguros, incómodos, emocionados, enamorados y aterrorizados, podemos usar las señales de nuestro cuerpo como una guía, que nos señala en la dirección de nuestra verdad.
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La técnica es fácil, sólo sigue estos pasos y procura hacerlo por lo menos una vez todos los días.
1. Siéntate en silencio en una posición cómoda.
2. Pídele a tu cuerpo que sea un canal claro para ti.
3. Escanea tu cuerpo de pies a cabeza y simplemente toma nota de las sensaciones presentes. Esto te ayudará a aprender y sentir cuál es tu estado natural de ser en el momento.
4. Imagina algo que ames de todo corazón y llévalo a la mente y al corazón. Escanea tu cuerpo nuevamente de pies a cabeza, tomando nota de las diferentes sensaciones.
5. Pídele a tu cuerpo que sea un canal claro una vez más.
6. Imagina algo que te cause tensión o dolor, y tráelo a los ojos de tu mente y al espacio de tu corazón. Escanea tu cuerpo nuevamente de pies a cabeza, tomando nota de las diferentes sensaciones.
7. Pídele a tu cuerpo que sea un canal claro una vez más y revisa el paso cuatro si aún sientes estrés en el cuerpo.
A medida que completes estos pasos con el tiempo, tendrás una idea de cómo tu cuerpo te da información, y podrás acceder a ella en cualquier momento.
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