Cuando nos hablan de inteligencia, en automático pensamos en un IQ alto o capacidades extraordinarias para resolver problemas y todo eso tiene mucho que ver con la genética de cada persona. Pero hay otras inteligencias que no tienen nada que ver con el IQ. Tal es el caso de la inteligencia emocional y de la que hablaremos hoy: la inteligencia social. Aquí te diremos cuáles son los elementos clave de la inteligencia social y podrás tomarlos en cuenta para tus próximas interacciones.
La inteligencia social (IS), en lugar de ser algo que se hereda, es algo que principalmente se aprende. Esta inteligencia se desarrolla a partir de la experiencia con personas y el aprendizaje de éxitos y fracasos en entornos sociales. Se le conoce más comúnmente como “tacto”, “sentido común” o “street smart“. Y la fortaleza y calidad de las relaciones que tenemos afectan todas las áreas de nuestras vidas, desde colegas hasta pareja, amigos e hijos. El autor Daniel Goleman tiene un libro donde habla de la ciencia detrás de esto.
Fluidez verbal y habilidades conversacionales
Puedes detectar fácilmente a alguien con mucha IS en una fiesta o reunión social porque sabe cómo “trabajar en la sala”. La persona con mucha inteligencia social puede mantener conversaciones con una amplia variedad de personas, y tiene tacto y es apropiado en lo que se dice. Además, representan lo que se llama “habilidades de expresividad social“.
Saber escuchar
Las habilidades de escucha eficaz no son tan comunes como nos gustaría. Las personas socialmente inteligentes son excelentes oyentes. Como resultado, otros salen de una interacción con una persona SI sintiendo que tienen una buena “conexión” con él o ella. Eso ayuda a que el próximo encuentro tengan información sobre la otra persona y la conexión es mucho mayor.
Conocimiento de roles sociales
Conocimiento de roles sociales, reglas y guiones. Las personas socialmente inteligentes aprenden a desempeñar varios roles sociales. Conocen bien las reglas informales o “normas” que gobiernan la interacción social. Por lo tanto, “saben cómo jugar” a la interacción social sin importar el ambiente. Son altamente adaptables y como resultado, parecen socialmente sofisticados y sabios.
Observadores sociales
Entender qué es lo que mueve a otras personas es una característica importante de la inteligencia social. Saber observar y sintonizar con lo que otros dicen y cómo se están comportando para tratar de “leer” lo que la otra persona está pensando o sintiendo. Comprender las emociones es parte de la Inteligencia Emocional, que está correlacionada con la y la Inteligencia Social: las personas que son especialmente hábiles son altas en ambas.
Práctica
Desarrollar la IS requiere esfuerzo y práctica. Empieza por prestar más atención al mundo social que te rodea. Esfuérzate por convertirte en un mejor orador o conversador. Practica la “escucha activa”, donde replicas lo que crees que dijo el hablante para asegurar una comprensión clara. Lo más importante es estudiar las situaciones sociales y tu propio comportamiento dentro de ellas. Aprende de tus éxitos y fracasos sociales.
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