No la gastes, aprende a cuidar el agua en todo momento

La Crisis, así en mayúsculas. No es una crisis generacional ni personal, no es sólo espiritual o social, ahora también es ambiental. Pero hay tantos lugares por donde La Crisis nos afecta, desde la capa de ozono, el plástico en el mar, el incremento de la temperatura y claro la falta de agua potable.

Esta es sólo una de las miles de crisis que vivimos, pero así como muchas otras, una a la que si no encontramos solución próximamente, pondremos en riesgo nuestra vida a corto plazo. Las estadísticas ya son alarmantes: Tan solo en México 44 millones de personas no cuentan con una dotación de agua potable, o sea que de los cerca de 33 millones de hogares (4.1 personas por hogar) en más de 22 millones se cuenta con agua mientras que en el resto el suministro es irregular y en mucho casos nulo. Esto implica que una de cada tres casas registradas no recibe agua todos los días y por lo menos 2 millones 85 mil personas no cuentan con agua o suministro y deben encontrar la forma de abastecerse todos los días.

En la Ciudad de México, la falta de agua (en donde antes había un lago) se debe a negligencia, a una pobre estructura y a la incapacidad de mejorar las condiciones de la gente. Se estima que el 40% del agua en la ciudad se pierde debido a las fugas, por lo que nos enfrentamos a un problema con soluciones o por lo menos algo que se puede mejorar. Cuidar el agua no es comprar una marca de influencers que realmente sólo agravan el problema, sino de tomar medidas concretas y exigir cuentas a quienes deben darlas.

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Desde la manera en que bebes agua puedes hacer una diferencia. Coloca un buen filtro o purificador en tu casa y dile no al agua embotellada. El costo por m3 de agua que llega a tu casa es de 20 pesos, imagina cuánto estarías ahorrando. Estos son algunos tips de la SEDEMA que realmente pueden ayudarte a cambiar tus hábitos.

Baño

  • Coloca una cubeta debajo de la regadera mientras te bañas y reutiliza el agua que colectes.
  • Cierra las llaves del agua mientras te enjabonas al bañarte o lavarte las manos.
  • Toma baños cortos.
  • No te rasures, ni cepilles los dientes en la regadera.
  • Si el agua caliente de tu regadera tarda mucho en salir, acerca el calentador de agua a la regadera o aísla térmicamente la tuberí­a. Ahorrarás agua y gas.
  • Entre la regadera y la tina prefiere la primera, pues consume la cuarta parte de agua.
  • Cierra bien todas las llaves.
  • Cambia el tanque del escusado de 16 litros por el de 6 litros de agua.
  • ¡No utilices la taza del baño como basurero! No desperdicies el agua para desechar colillas, pañuelos desechables, toallas femeninas, algodón, etc.
  • Utiliza un desodorante sólido o lí­quido para el escusado. Esto te ayudará a acumular algunas descargas de orina, eliminando malos olores, antes de dejar correr el agua.
  • Instala dispositivos ahorradores en la regadera y el escusado; son baratos y fáciles de colocar.

Casa

  • Revisa periódicamente las llaves del agua y las tuberías, para evitar fugas.
  • Si ves manchas de humedad en paredes y techos, son señales de fugas, repáralas e identifica la causa.
  • Limpia pisos, paredes y vidrios con dos cubetas de agua, una para limpiar y otra para enjuagar. No abuses de los productos de limpieza.
  • Mantén limpios patios, azotea y registros de drenaje, para que el agua de lluvia corra libremente, así evitarás filtraciones a las estructuras de tu casa.
  • Instala dispositivos ahorradores: economizadores de regaderas, llaves de bajo consumo, mezcladoras, herrajes de escusados, aereadores, adimentos para tuberí­a, etc.
  • Cuando barras la calle, hazlo en seco, no utilices una manguera.

Cocina

  • Al lavar los trastes, evita que los residuos de comida se vayan por el drenaje.
  • Remoja los trastes una sola vez, si tienen grasa, usa agua caliente.
  • Enjabona los trastes con la llave cerrada y enjuágalos rápidamente bajo un chorro de agua moderado.
  • Cuando calientes agua, no llenes el recipiente, evita que se derrame o evapore.
  • Haz tus cubos de hielo en charolas flexibles a fin de removerlos sin ponerlos bajo el agua.
  • Usa poca agua para cocer verduras. El sabor y valor nutritivo se pierden junto con el agua.
  • No tires el agua que utilizaste para cocer los vegetales, prepara sopas con ella.
  • No uses jabón para lavar frutas y verduras, pues contaminas el agua y tus alimentos; lávalas con agua, cepíllalas, agrégales sal de grano por 20 minutos y enjuágalas.
  • Cuida que la llave del fregadero no gotee. Cambia los empaques si es necesario.
  • Instala un economizador de agua.
  • No vacíes el aceite sobrante de tus guisos por la coladera del fregadero.

Plantas

  • Riega jardines y macetas por la noche o muy temprano para evitar la evaporación.
  • Reutiliza el agua de la regadera y del lavado de verdura para regar las plantas del jardí­n.
  • Prefiere plantas que requieran poca agua.
  • Aprovecha las plantas nativas, incluso las cactáceas, pues consumen menos agua.
  • Evita plantar árboles cerca de las descargas de drenaje, pues las raí­ces pueden provocar rupturas.
  • Reduce la evaporación del riego cubriendo el suelo del jardí­n con tierra de hojas.
  • Para que las raíces estén sanas y retengan la humedad, la altura óptima del pasto es de entre 5 y 8 cm.
  • Durante la sequía no desperdicies agua en el pasto amarillo: está inactivo y revivirá cuando haya lluvia.
  • En época de estiaje corta el pasto, pero no lo barras, esto evita la evaporación.
  • Aprovecha el agua de lluvia diseñando captaciones adecuadas. Esta es la mejor agua para las plantas.
  • Al regar con aspersores, ajústalos para no regar partes pavimentadas o que no lo necesiten.
  • Emplea mangueras con boquilla ajustable y si las dejas solas usa un sistema de control por tiempo.

Recuerda que reducir el consumo de agua puede implicar evitar actividades más allá de las que haces en casa. Por ejemplo, si reduces tu consumo de carne o si adoptas una dieta vegetariana, estarás adentrándote a un estilo de vida que requiere mucho menos agua para producir tus alimentos. También si usas sólo alimentos locales y de temporada. Al evitar el plástico de un sólo uso también estás diciendo que no a productos baratos y de mala calidad que gastan mucha agua en su producción.

Sin embargo, realmente debemos exigir a las autoridades que pongan manos a la obra en cuestiones de infraestructura, que las empresas no sólo digan que serán más consientes sino que realicen cambios concretos y a largo plazo que garanticen que esta crisis no se agravará con el paso de los años. El agua se está terminando, no se trata de una profecía sino de una realidad tangible y debemos actuar rápido.