Hay una razón por la cual existe la frase “put an egg on it“. Y es que se convirtió en un mantra culinario, pues del desayuno, pueden tener una suave transición al almuerzo y la cena. Tienen ese poder de convertir un platillo en una comida completa. Por ejemplo, la pasta, un bowl de verduras o de granos. Aunque si vemos los omelettes y frittatas, por sí mismos son una comida.
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Cuando tienes la peor combinación del mundo: flojera de cocinar, hambre y falta de tiempo, los huevos pueden salvarte. Bastan cinco minutos para lograr un huevo pochado o estrellado, ponerlo encima de una ensalada de vegetales con arroz y listo. El problema es saber cocinarlos. Ya sea en frittata, pochados, horneados y en omelet, te dejamos una guía para lograr huevos perfectos.
Frittata
Es un platillo magnífico para cualquier temporada del año. Durante el verano se mantiene en temperatura y en el invierno, calienta los días fríos. Puedes utilizar cualquier combinación de verduras, acompañar con pan y charcutería y desayuno y cena están listos. Prepara una frittata así:
1. De tres a cuatro porciones. Calienta dos cucharadas de mantequilla o aceite en una sartén antiadherente. Añade un puño de cebolla picada y una pizca de sal. Cocina a fuego lento.
2. Precalentar el horno. Bate de seis a ocho huevos, agrega media taza de queso y un poco de hierbas frescas. Vierte sobre la sartén y déjalo por 10 segundos. Luego sacudir un poco la cacerola para que no se pegue. Puedes cubrirla o no, depende de tu preferencia.
3. Cuando quede solo un poco de huevo crudo en la superficie, agrega más queso. Mete la sartén en el horno y retira cuando esté dorado. Lo puedes servir directo en la cacerola.
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Pochado
Es esa preparación del huevo que deja a la clara cocida, pero suave. Mientras que la yema queda cremosa. Es un método tradicional francés. Puede ser un poco retador para un amateur, pero lo haremos lo más sencillo posible. Ponlos sobre un avocado toast o unos benedictinos con salsa holandesa y listo. Hazlo así:
1. En una cacerola, llena una cuarta parte con agua. Agrega vinagre blanco y una cucharada y media de sal. Puedes hacer de uno a cuatro huevos a la vez en este líquido. Los cuales necesitan estar a temperatura ambiente.
2. Cuando el agua tenga pequeñas burbujas. Es decir, cuando puedas meter tu dedo sin lastimarte, es cuando está lista para los pochados. Puedes quebrar los huevos en el momento o bien, apartarlos antes de cocinarlos.
3. Viértelos en el agua lo más cercano a ella que puedas. Déjalos hasta que estén firmes, durante unos 4 o 5 minutos. Saca uno por uno con un cuchara, déjalos secar en una toalla y listo.
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Omelet
Algunos chefs franceses hablan sobre practicar por años para lograr un gran omelet. Lo cual puede ser desalentador para los cocineros en casa. Pero con una buena sartén y unos minutos de concentración se puede lograr. Así por las mañanas podrás agregarle los ingredientes que quieras a tu omelet. Prepáralo así:
1. Quiebra tres huevos en un bowl y bate con un tenedor. Añade un poco de leche, una pizca de sal y pimienta.
2. Calienta una cucharada de mantequilla en la sartén. Agrega dos cucharadas de aceite de oliva. Cuando ambos estén calientes, mézclalos. Ahora agrega el huevo para cocinarlo a fuego lento. Distribuye la mezcla por la cacerola.
3. Utiliza una espátula de silicón para despegar los bordes. Imagina un reloj desde el 12 al 9 para levantar el huevo. Después deja que el huevo sin cocer en la superficie, se expanda a los bordes.
4. Espolvorea dos cucharadas de queso de cabra. Aquí es donde puedes agregar los ingredientes a tu gusto. Deja cocer hasta que lo de arriba esté cocido pero suave. Dobla la mitad del omelet y sírvelo en un plato.
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Horneados
Los huevos horneados o mejor conocidos como cocotte, por más complicados que suenen, son sencillos de preparar. Son huevos cocidos en un plato, ya sea dos al mismo tiempo o en una cacerola más grande. Esta preparación es uy conveniente pues se comen directo donde se cocieron, solo necesitas una cuchara. Sigue estos pasos:
1. Para seis porciones que pueden hacerse por separado o juntas. Calienta el horno a 180 grados. Sazona una taza de crema agria con sal y pimienta. Caliéntala en una sartén o en microondas hasta que hierva.
2. Pon una cucharada de la crema calienta en cada uno de los seis ramekins o recipientes para los huevos. Vierte dos huevos completos en cada ramekin. Si lo deseas, encima puedes añadir hierbas finas. Además de una cucharada de crema.
3. Pon los ramekins en una asadera para evitar cocción excesiva. Agrega agua hirviendo a mitad de la asadera para evitar que se llenen de agua los recipientes.
4. Mete la asadera con los recipientes al horno. Déjalos de 15 a 25 minutos hasta que se vean opacos. Después retíralos del horno y acompaña los huevos horneados con pan.
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