Ciudades de los 15 minutos, ¿vivirías en ellas?

Fue antes de la pandemia, pero desde entonces el modelo de la ciudad de 15 minutos ha tomado mucha más fuerza, sobre todo en París, lugar que Carlos Moreno cree que puede revolucionar para convertirla en un sitio mucho más amable con sus residentes, pero ¿es posible transformar algunas de las ciudades más grandes del mundo? Y de ser así, ¿vivirías en una de ellas?

Cualquiera que ha ido al Museo del Templo Mayor recuerda que el templo parece estar construido por etapas, donde cada nueva etapa se construía sobre lo que ya se había hecho, por lo que los arqueólogos tuvieron mucho trabajo al descubrir siete etapas en un mismo lugar, donde nada parecía tener sentido.

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Algo así son las ciudades modernas. Fundadas hace siglos, trabajan sobre lo que existe y van construyendo de acuerdo a las necesidades del momento, con el paso de los años, se descubre que todo está mal planificado y comienza una nueva etapa de renovación. Así es como hemos terminado con ciudades gigantescas donde la desigualdad, el tráfico y la contaminación son problemas mayores. ¿Tiene relación con las ciudades de 15 minutos?

La llegada del coronavirus hizo que todo el mundo dejara las calles y se quedara en casa, esto dio la oportunidad a muchos arquitectos y urbanistas de plantear nuevos modelos de vivienda, y el de Carlos Moreno, que trabaja de la mano de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, es uno de los más atrevidos, pero también de los que tiene más posibilidad de realizarse.

La ciudad de 15 minutos es una ciudad basada en múltiples centros, donde la gente no tiene que caminar o andar en bici por más de un cuarto de hora para llegar a donde necesita ir. Ya sea su destino de trabajo, la escuela de sus hijos, supermercados, centros de entretenimiento, instituciones de gobierno, parques y todo lo que necesite para vivir.

Estas ciudades implican bajar la movilidad de autos, incrementar el tránsito de bicicletas y otros vehículos no motorizados y crear centros donde las personas puedan encontrar todo lo que necesitan a una distancia bastante aceptable.

La movilidad del futuro es la inmovilidad

Justin Davidson de New York Magazine analizó la idea de Carlos Moreno al hablar de una fotografía de la rue de Rivoli, una calle que usualmente está llena de autos, con todo y sus humos contaminantes, sonidos estrepitosos y más, pero que tras la pandemia muestra a muchos peatones, ciclistas e incluso cafés con mesas en la calle donde la gente disfruta del verano parisino. Esto podría considerarse como una ciudad de 15 minutos.

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Esta postal es la que todo el mundo relaciona con París, incluso antes de la pandemia, pero para los ciudadanos de ahí es una realidad sólo posible tras el coronavirus. Y es que las ciudades son mucho más que su centro histórico, y la ciudad de 15 minutos pretende hacer de esos centros distintas réplicas alrededor de toda la mancha urbana, pero eso viene con muchas problemáticas.

La ciudad de 15 minutos es un sueño utópico donde es posible redistribuir empleos, industrias, terrenos y más, pero en ciudades como la CDMX y Nueva York, donde millones de personas se desplazan por horas, no por conveniencia, sino porque es la única manera de tener un sustento, la idea de una ciudad de 15 minutos parece algo imposible.

En destinos como París, donde buscan hacerlo, la gentrificación pasaría de ser un problema a una norma. Claro que se busca mantener la identidad de cada lugar, pero crear pequeñas ciudades dentro de una ciudad histórica crearía problemas de acceso a la cultura en algún momento.

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Sin embargo Justin Davidson tiene razón en algo, ser inflexibles con la transformación de una ciudad nos limita a seguir haciendo lo mismo que hemos hecho durante siglos, y si algo nos ha enseñado la pandemia, es que es posible transformar una ciudad de la noche a la mañana de manera creativa. Estos meses hemos visto como los museos cierran, cómo los restaurantes cierran sus puertas y abren su servicio a domicilio, cómo los hogares de las personas se transforman en oficinas, parques, gimnasios y más.

Las ciudades de 15 minutos parecen un sueño imposible, pero estos meses han demostrado que todo es posible.