La meditación es una práctica antigua, que viene de tradiciones milenarias, pero también un tema de interés para la ciencia moderna. Existen cientos de fundamentos científicos que respaldan esta práctica y sus beneficios. A través de varios estudios que se han realizado desde hace décadas, podemos medir realmente cómo nos hace mejores seres vivientes.
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En este artículo, platicamos sobre qué le pasa a tu cerebro cuando meditas. Y en este otro, hablamos sobre los efectos del estrés en tu cuerpo. Todo esto, está respaldado científicamente. Tanto así, que incluso en la serie de Netflix “Explained” hay un capítulo dedicado a los estudios que se han realizado sobre la meditación y mindfulness.
La meditación produce un sorprendente número de beneficios para la salud. Primero está la eliminación del estrés, mejorar la atención y memoria, e incluso una mayor creatividad y sentimientos de compasión. Pero, ¿cómo puede algo tan simple producir resultados tan dramáticos? Esto es lo que la evidencia científica nos dice sobre la meditación y cómo puede cambiar la forma en que funcionan nuestros cerebros.
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Por ejemplo, varios neurocientíficos se han dedicado a observar imágenes de resonancia magnética, y han aprendido que la meditación fortalece el cerebro al reforzar las conexiones entre las células cerebrales. Un estudio de 2012 en UCLA mostró que las personas que meditan exhiben niveles más altos de girificación cerebral. O sea, formación de pliegues de la corteza cerebral como resultado del crecimiento, que a su vez puede permitir que el cerebro procese la información más rápido, forme recuerdos y mejore la atención.
Otros estudios, por ejemplo, han demostrado que la meditación está relacionada con el grosor cortical, lo que puede provocar una menor sensibilidad al dolor. En este estudio de 2009 , los científicos usaron resonancias magnéticas para comparar los cerebros de meditadores con no meditadores. Se encontraron con una mayor densidad de materia gris en el tronco encefálico de los meditadores, quienes mostraban gozar ciertos beneficios, como la mejora de las respuestas cognitivas, emocionales e inmunes, y sus efectos positivos en la respiración y la frecuencia cardíaca.
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La mayoría de las investigaciones muestran que 20 minutos al día es todo lo que se necesita para obtener cambios importantes, como la reducción de estrés. Esto se puede probar con poco tiempo meditando. Aquí se probó que, después de 10 días intensivos de meditación, las personas pueden experimentar mejoras significativas en la atención plena y los pensamientos contemplativos, el alivio de los síntomas depresivos y aumenta la memoria de trabajo y la atención sostenida.
Al entender que esta práctica transforma físicamente al cerebro, y por ende, sus funciones, podemos darnos cuenta de que es posible cambiar absolutamente cualquier cosa en nuestras vidas. Puede ser enfermedad, creatividad, empatía o estrés, sólo se trata de ser fiel a esos minutos de meditación cada día y de no resistir los cambios. ¿No te intriga saber hasta dónde puedes llegar?
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