Una huella de carbono es la cantidad total de gases de efecto invernadero (incluidos el dióxido de carbono y el metano) que generan nuestras acciones. La huella de carbono promedio de una persona en México es de 4 toneladas por año. Eso es una sola persona. La ONU considera que deberían ser 2. Las dos principales actividades que generan estos gases son los viajes y el uso de energía eléctrica. Los gases de invernadero son los causantes del cambio climático, del aumento en niveles contaminación y del calentamiento global.
Para tener la mejor oportunidad de evitar un aumento de 2 ℃ en las temperaturas globales, la huella de carbono global promedio por año debe caer por debajo de 2 toneladas para 2050. Pero la reducción de la huella de carbono individual de 16 toneladas a 2 toneladas no ocurre de la noche a la mañana. Al hacer pequeños cambios en nuestras acciones, como comer menos carne, tomar menos vuelos de conexión, generar menos basura y secar la ropa al aire libre, podemos comenzar a hacer una gran diferencia.
Existen varios recursos para conocer la huella de carbono individual. Puedes utilizar calculadoras online en las que respondes una serie de preguntas sobre el uso de luz, viajes, autos, manejo de la basura y más. Te recomendamos este, desarrollado por Greenpeace. Para tener un resultado más exacto, ayuda tener a la mano un recibo de luz, conocer las características del automóvil que se utilice y los kilómetros promedio que se recorren tanto en auto como en transporte público.
¿Qué puedes hacer? 4 cosas simples para empezar
Comida
Come por debajo de la cadena alimentaria. Esto significa comer principalmente frutas, verduras, granos y legumbres. La ganadería (carne y productos lácteos) es responsable del 14.5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre. Cada día que renuncias a la carne y los lácteos, puedes reducir tu huella de carbono en 3kg. Puedes comenzar uniéndote a Meatless Mondays. Elige alimentos orgánicos y locales de temporada. El transporte de alimentos desde lejos, ya sea en camión, barco, tren o avión, utiliza combustibles fósiles como combustible y para enfriar para evitar que los alimentos en tránsito se echen a perder.
Energía
El más simple de todos: apaga y desconecta todo aquello que no se esté utilizando: cargadores, televisores, microondas, videojuegos, etc. Nota cómo al hacer este cambio tu consumo de energía baja. No te olvides de los focos. Cambiar a focos de bajo consumo realmente puede marcar la diferencia en sus facturas y en el planeta.
Ropa
Despídete del fast fashion. Los artículos baratos y de moda que se desechan rápidamente se tiran a los vertederos donde producen metano a medida que se descomponen. Compra ropa de calidad que dure o aún mejor, compra ropa vintage o reciclada en tiendas boutique. Lava la ropa con agua fría. Las enzimas en el detergente para agua fría están diseñadas para limpiar mejor en agua fría. Lavar dos cargas de ropa por semana con agua fría en lugar de agua caliente o tibia puede ahorrar hasta 226 kg de dióxido de carbono cada año.
Las compras
En cuanto al súper, ropa, cuidado persona, comida, etc, hay muchas formas de reducir tu huella. Compra menos cosas. Y compra de manera más inteligente. Busca artículos usados o reciclados siempre que sea posible, lleva tu propia bolsa reutilizable cuando compres, termos para el café o bebidas y recipiente para la comida para llevar. Trata de evitar los artículos con exceso de empaques. Cada pequeña cosa cuenta para reducir tu huella de carbono.