Por Karen Martín
Es una tradición que el papá acompañe a la novia hacia al altar y la entregue con su futuro marido. Esas son las reglas sociales, al menos. Y claro, es un momento precioso el ver cómo la novia llega al lado del hombre de su vida, del brazo del que justamente la trajo al mundo.
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A pesar de ello, los tiempos han cambiado, así como las tradiciones sociales. ¿Qué sucede cuándo los padres están divorciados? La novia puede incluso llegar a tener una mayor relación con su abuelo, o con su padrastro. ¿Y si la novia no lleva una buena relación con el padre? O bien, ¿qué pasa si el padre ha fallecido? Entonces esa imagen de cuento de hadas donde va la novia del brazo de su padre por el pasillo comienza a no ser tan real y necesita adaptarse a las necesidades actuales.
Y entonces la pregunta es: ¿Quién acompaña a la novia?
La madre, el abuelo, incluso hermanos o el mejor amigo… ¡Todos ellos pueden ser excelentes acompañantes! La idea tradicionalista puede ser modificada de acuerdo de tus características y quién quieres que te acompañe en ese gran momento. Busca aquella persona que sea para ti un apoyo y que esté dispuesta a calmarte durante este gran momento que estás por vivir.
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Visualiza tu entrada al altar, porque será el primer momento más esperado del gran. Este instante mostrará la gran relación que tienes con la persona que te llevará al altar, así como con tu pareja. Permítete pensar en ese momento y con quién te gustaría compartirlo.
Entonces… las reglas
Primera regla: No tener reglas. Socialmente lo que se estila es que inicie el cortejo con la caminata del novio y finalice con la de la novia hacia al altar. A pesar de ello, puede que el lugar o su estilo sea distinto. Un ejemplo son las ceremonias religiosas en las que el sacerdote ordenará las posiciones de los involucrados. También, si la celebración se dará en algún lugar pequeño, puede que no haya posibilidad de que todos ingresen de la misma manera de como se acostumbra. Deberán entonces adecuarse a la circunstancias.
Aquí te presentamos algunas situaciones que pueden presentarse, así como posibles soluciones a cada una de ellas:
1. Padres divorciados y alguno o ambos contrae segundas nupcias. La novia podría optar por la manera tradicional, que su padre la acompañe al altar. A pesar de ello también existen las siguientes alternativas:
– Que su padrastro la acompañe a la mitad del camino, donde se encontrará su padre y seguirá hasta el final con él.
– Si su padre y padrastro se llevan bien, que ambos la acompañen hasta el final del altar.
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2. El padre de la novia no está ajeno o ha fallecido y la novia no tiene padrastro o no tiene una buena relación con él. Una opción es que tu madre te acompañe hasta el altar, es una excelente idea y mas común de lo que te la puedes imaginar. También pueden ser el abuelo o el tío favorito. Otra forma es que alguno de los hermanos acompañe. Por último, si la novia ya ha sido madre, los niños son una gran opción de acompañamiento y, por supuesto, hará el momento muy emotivo.
3. Llevar a ambos padres. Tanto el padre como la madre pueden acompañar a la novia. Es una idea utilizada en la tradición judía: en ella, tanto el novio como la novia, entran acompañados por ambos padres. De esta manera añades un poco de sabor y compartes reflectores con ellos en este gran momento para todos.
4. La novia decide caminar sola. Si tu idea no es la de ser “entregada”, otra opción es caminar por el pasillo sin compañía. La idea es que te sientas cómoda al hacerlo. La finalidad de ello no es dejar de lado a tus padres, sino sentir la menos presión posible de acuerdo con tus circunstancias. Aunque también podrían acompañarte a la mitad del altar, tomar sus asientos y seguir tú sola.
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5. Quieren caminar juntos. Esta forma es muy utilizada en matrimonios del mismo sexo. Modificar el protocolo y entrar juntos a su nueva vida también es una excelente opción. Romper el modelo actual es una oportunidad de marcar la diferencia. Entonces, si se sienten cómodos con eso ¡háganlo!
Como puedes darte cuenta, existen diversas opciones para llegar al gran momento. Aparte de todas las que te presentamos, seguramente hay infinidad que a ti se te ocurren. Otra opción es platicarlo con el celebrante, quien también puede darte muchas ideas. Más allá de todo, lo más importante es que… ¡disfruten del momento!
Nota originalmente publicada en Zank You México.
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