“Diles”, “Soy peor”, “Caile”, “Pa Ti”, “I like it”, “Mayores” y muchas más. Bad Bunny lanzaba canción tras canción (que es lo mismo que éxito tras éxito) que la gente incluso pensó que nunca iba a lanzar un disco de larga duración.
La víspera de nochebuena en 2018 fue cuando lo inesperado sucedió y Bad Bunny demostró que puede hacer mucho más que colaborar con los más grandes de la música urbana, este disco demostró que él es uno de los más grandes, no de la música urbana, sino a nivel mundial.
Con 15 canciones y 53 minutos el conejo malo se consagró como uno de los artistas más interesantes del momento, pues mientras sus colaboraciones mostraron una faceta del artista, X100pre le da libertad a Bad Bunny para moverse entre géneros, desde el dembow, bachata y hasta un extraño uso del rock en “Tenemos que hablar”.
“NI BIEN NI MAL” abre el disco con las usuales líneas del cantante, que sueltas pueden parecer infantiles, pero que con el ritmo trap que la producción de Tainy le da, terminan por clavarse en tu memoria rápidamente. De hecho la capacidad de Benito Martinez de inscribir sus versos hacen que esa canción y “¿Quién tú eres?” opaquen la canción “200 MPH”, que se encuentra en medio y que fue producida por Diplo.
Los puntos más altos del disco demuestran que el cantante no busca la aprobación del resto, sino que hace música que rompe las reglas y no hay otra opción que buscar entenderlo. “Caro” tal vez no habría sido bien recibida hace 10 años, pero hoy se trata de un éxito a nivel mundial que trasciende el español.
Lo mismo sucede con “Otra noche en Miami”, donde Bad Bunny inicia rapeando sin el habitual autotune que lo caracteriza para después regalarnos una explosión en el sintetizador que nos transporta de inmediato a los años ochenta. Así demuestra que su éxito no depende de una construcción artificial, sino que se trata de un artista que sabe cómo trabajar cada una de sus canciones.
Tal vez nadie esperaba un disco como X100pre, pero sin duda Bad Bunny logró lo que pocos, que su álbum debut fuera un statement que va más allá de la música. Es su consolidación como un artista del siglo XXI, alguien comprometido con su personalidad, con la sociedad en la que vive, con la música que hace y el mensaje que representa.
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