Uri Bleier nos cuenta de su libro Esta cuerpa mía

Pudimos platicar con el autor Uri Bleier sobre su primera novela, Esta cuerpa mía, que fue publicada recientemente por Alfaguara. El escritor chilango vive entre CDMX y La Habana y se ha formado en diferentes talleres literarios.

El libro cuenta la historia de Leonardo, quien más tarde encuentra su verdadera identidad como Mónica, y su vida en Tijuana y CDMX. Lo amarás si eres fan de Maria Fernanda Ampuero, Fernanda Melchor, Mónica Ojeda y Camilia Sosa Villada.

Esta cuerpa mía es una zambullida a una realidad más allá de una mirada somera o superficial de la problemática a la que se enfrentan diariamente miles de mujeres trans. Un ejercicio de respeto y honestidad, que se convierte en un cautivador libro valiente. 

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Nuestra entrevista con Uri Bleier

Samuel Reyes: Uri, ¿cómo se siente lanzar tu primer libro bajo un sello como Alfaguara?

Uri Bleier: la verdad es como un sueño un poco extraño. La primera vez que hablé con Mayra, mi editora, editora de Alfaguara, me puse a llorar y era muy extraño, honestamente. 

Me siento muy agradecido con ella y con la editorial por confiar en mí y porque realmente se han arriesgado a publicar una historia que no es fácil. El libro tiene un componente muy crudo, muy sórdido, luego también tiene mucha alegría y mucho lenguaje festivo y mucha música, pero creo que no es una temática fácil y la verdad me siento muy agradecido y arropado por ellos. Entonces, pues sí, no sé, creo que hay un componente de suerte increíble. Luego pues algo de talento deberá de haber, que no me toca juzgar. 

¿De dónde surge esta historia, de dónde surgen las ganas de contarla? 

Bueno, yo la primera novela que escribí también tenía una historia trans. Es un tema que me interesa. Hay cosas que llaman tu atención y que te hacen fijar la vista ahí, y a lo largo del tiempo me fui dando cuenta que que no podía acercarme a estas historias ni romantizándolas, ni exotizándolas; y que tampoco podía caer en el lugar común de utilizar el imaginario colectivo para construir una historia o una ficción. 

Creo que algo relativamente bueno nos ha traído esta cultura de la cancelación, es que ya no podemos escribir desde la inconsciencia. Ya no podemos acercarnos a cualquier vida sin haber investigado, sin haber entendido esa experiencia. Y poco a poco me fui dando cuenta de eso. Entonces lo primero que surgió en esta novela, fue una voz. A mí me interesaba construir una voz muy “jota”, muy queer, muy de la calle, con mucho ritmo. Siempre me ha interesado alejarme de la pretensión y me parece que dentro de la literatura o la llamada “alta cultura” hay una idea de que entre más escondida sea la referencia que tenga esa persona, es más “literario”. 

A mí me interesaba acercarme a donde yo creo que se hace literatura todos los días, que es la calle, ¿o no? O sea, yo creo que Juan Gabriel es literatura. Yo creo que la música en convivencia con la vida es literatura. Empecé a construir esa voz, pero también me di cuenta de que a esa voz le faltaba “cuerpa” y ahí conocí a Cassandra Huaso y empecé a hablar con ella y a raíz de unas entrevistas, pues acordamos ir hilando la historia. Ella me permitió utilizar parte de sus vivencias como eje o columna vertebral de esta novela.

Mucho de lo que aquí está está basado en la vida de Cass que, de hecho, la protagonista se llama Mónica y tiene sus mismos apellidos en tributo a ella y a partir de ahí, pues la fuimos arropando y poniéndole músculos y piel y ojos y movimiento con con más historias que me iba contando, pero sobre todo también con la ficción.

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Foto. Nicola Lo Calzo

Las personas que hemos visitado Tijuana sabemos que es una ciudad con una vibra energía muy particular

Acercarme al trabajo como escritor, a mi práctica, ha implicado hacerme ciertas preguntas que me parecen fundamentales para el transcurso de lo que va a suceder. Me preguntaba, ¿cómo se construye una vida?, ¿cómo se cuenta una vida larga?

Y creo que como es una novela de personaje, digamos de coming of age, de esta construcción del héroe, esta cuestión del viaje me permitía utilizar ciertas metáforas. 

Para mí hay algo que no se dice en el libro y que es fundamental, que es que Mónica nace, le ponen el nombre de Leonardo, nace en el seno de una familia pobre, va creciendo, se socializa un poco como un niño y después muy chiquita, empieza a mostrar que realmente ella quiere ocupar el rol de mujer y cuando entiende que ella es una mujer, se va a Tijuana. Continúa su transición, encuentra su nombre, cambia su corporalidad. 

Y a los 18 años vuelve a CDMX para tener, en la misma ciudad en la que nació, una esperanza de vida de 40 y tantos años menos. Y no solamente por lo que le sucede en Tijuana, que puede ser también una metáfora, pero nos hace cuestionarnos cómo carajos una persona quien nace con una esperanza de vida de 70 años, toma unas decisiones que están alineadas con sus sensaciones, con sus sentires y con quién es y por esto se le rebajan de golpe 40 y tantos años de vida… porque la esperanza de vida de una mujer trans en Latinoamérica es de 33. Y si hablamos de una mujer trans, trabajadora, sexual, racializada, es terrible. 

Entonces Tijuana era esa metáfora, La Jungla, el barrio donde transcurre parte de la novela, es esta especie de personaje también en la novela. Tijuana me permitía eso, me permitía también tener otro ritmo, otra música, acercarme a otros espacios, mostrar otras violencias. Y creo que es una ciudad muy tensa, la cual parece que está agarrada de San Diego, de Estados Unidos con unos cables, y es como cuando le das un golpecito a un cable y todo vibra ¿Yo creo que eso sucede, no?

Mencionas algo que considero muy importante, ¿cómo recomendarías abordar estos temas, por ejemplo, sin llegar a la exotización

La instrumentalización es un asunto muy delicado. Al final yo soy un hombre gay, pero soy blanco y tengo muchos privilegios, pero siempre se han utilizado nuestras historias. 

Siempre me llamaba mucho la atención cuando empezaba a construirme y leía a Oscar Wilde; al pobre hombre le hicieron unos juicios terribles y vemos que ahora es un estandarte en su país y decimos ´no, deja de manosear a quien hiciste pedazos’. Entonces hay una instrumentalización de él como si el Estado no hubiera vivido ejerciendo violencia sobre sobre nosotros. 

Yo no tengo la respuesta. Me encantaría tenerla. Creo que estoy construyendo la respuesta. Yo me he acercado a Cass con muchísimo respeto. Lo primero que le dije fue que, para mí, era muy importante respetar el tiempo de una persona. Mi plan era pagarle y apoyarla lo más posible. 

También está Rojo Génesis, quien es la chava que hizo la portada, que es una chava trans, artista, curadora, que tiene un proyecto hermoso que hay que difundirlo… eso me parece importante. No ponerme yo en el centro de esta historia, esta historia debería de tener vida propia. El libro debe de defenderse solo. Lo hice desde el más profundo respeto y admiración. 

Para mí este libro es un tributo a las personas que me permitieron a mí, como hombre gay, vivir un poquito más tranquilo mi vida, que fueron mujeres trabajadoras sexuales trans, que fueron las que pasaron las violencias, a las que mataron, a las que ´machacaron.

Creo que hay que generar espacios de diálogo en donde también ellas estén presentes. Y yo creo que esta pregunta es fundamental y hay que hacérselas a ellas también. 

Vives una parte del tiempo en Cuba y otra en México, ¿cómo es vivir justo en estas 2 ciudades? 

Yo escribo sobre historias de personas que, a pesar de sus circunstancias, tienen una forma increíble de enfrentarse a la vida. Yo no digo que sean felices y no romantizo la pobreza ni su forma de enfrentarse al mundo, pero sí creo que hay algo en su presencia y su espíritu que a mí me llama mucho la atención. Porque creo que va muy a contracorriente del capitalismo tardío que estamos viviendo, en donde son las posesiones las que nos construyen. 

Creo que son las experiencias, pero sobre todo nuestra mirada, la forma de habitar el mundo, lo que nos condiciona a vivir, de una manera más como víctima, o mucho más libre y mucho más linda. 

Las vidas de las personas trans y de las trabajadoras sexuales y de Mónica y de las personas que yo he conocido son similares, les pasa un camión por encima todos los días, el mundo las condena a una violencia increíble. Esta novela tiene que ver con eso, con: tú naces, eres una mujer trans e inmediatamente la sociedad te manda directamente a una estética o al trabajo sexual o al trabajo informal, no hay otros lugares 

¿Perdón, por qué? ¿Por qué yo no puedo habitar el mundo de otra manera? A pesar de todas estas violencias, tienen una alegría y una forma de reivindicar sus vidas, que me parece tan potente. Y yo creo que eso es la novela y una de las preguntas también que me hacía es ¿yo cómo dignifico eso?

En Cuba se vive con una relación muy diferente a la corporalidad que tenemos en México. Una cuestión de Caribe y hay una cuestión un poco menos moral de una sociedad un menos religiosa. Y es muy interesante cómo nos podemos relacionar de otra manera con el cuerpo. 

La Habana me da unas cosas que me quita México y creo que México me quita unas cosas que me da La Habana. Me gusta ir y venir a esta especie de dos mundos completamente separados… La Habana es una pausa en el tiempo increíble, donde se vive completamente de otra manera, donde se aprecian otras cosas. Cuba es un país que me ha dado amigos maravillosos, un acercamiento al arte y la cultura increíble y pues creo que voy generando como mi propio puente entre allá y acá.

Por último, ¿quién creó ese playlist que nos presentan para leer “Esta cuerpa mía”?

Yo escribí esta novela con una playlist enorme. Son horas y horas de música. Hice un glosario de términos, de frases, de frases que iba como agarrando al vuelo en la ciudad, para escribir, leía o releía el glosario, las frases y entonces me ponía los audífonos y esta música súper guapachosa y yo iba tecleando con la música como de fondo. 

Para mí esta era la voz, esa era la forma de sostener la voz en mi casa, porque yo no hablo como el personaje. Yo pasé más de 2 años escribiendo la novela y más de 3 en el proceso completo. 2 años y medio de estar viviendo con otra voz a fuerzas, yo vivía como cuatro o cinco horas del día en una realidad un poco paralela. ¿Y sí es entrar en personaje, no? Y esa playlist para mí fue la forma de hacerlo.