Por Alba Aguilar
Lavar el coche es una tarea comúnmente realizada por los del valet parking, franeleros o los autolavados, y su precio no pasa de los $150 pesos. En Escocia, Paul Wilkins ha llevado ésta labor a un nuevo, e impresionante nivel.
Ultimate Shine, la empresa de Wilkins, ofrece la limpieza más costosa del mundo, valorada en $160,000 US.
¿Y quién puede pagar eso por un lavado, si los autos cuestan eso o menos? Este servicio está dirigido a aquellas personas apasionadas del automovilismo que poseen los vehículos más únicos y lujosos. En su mayor parte, coleccionistas que los guardan en showrooms con temperatura controlada.
El lujoso proceso comienza desde el momento en el que Wilkins se traslada hacia donde el auto se encuentre. Al llegar, se descontamina la carrocería y las llantas. El pulido es tan elaborado que puede tardar hasta un mes. Se talla la carrocería con una fórmula especial para eliminar todas las marcas de aceite que pueda haber. Después se encera con una producto extraído del árbol Carnauba, uno de los más altos en Brasil. La limpieza puede tardar de uno a tres meses aproximadamente, todo depende de que Wilkins se sienta completamente satisfecho con el resultado.
Este año, ya han habido tres clientes que solicitaron el servicio. Y seguramente habrá varios más si se trata de tener a sus joyas automovilísticas relucientes.